Acciones búlgaras durante la Primera Guerra Mundial |
Sería el 14
de octubre de 1915 cuando Bulgaria ligaba su futuro al de los Poderes
Centrales, pero… ¿Cómo habíamos llegado hasta ese punto de la Historia?... Hay
que observar el desarrollo de los años previos al conflicto para entender la
decisión. Veamoslo.
SITUACIÓN
GEOPOLÍTICA DE BULGARIA. LAS GUERRAS BALCÁNICAS:
Tsar (Zar) Ferdinand I de Bulgaria |
Situada al
sureste de los Balcanes, Bulgaria tenía frontera con Serbia, Rumanía, Grecia y el
Imperio Otomano, aislando, gracias a su ubicación estratégica, al resto de
naciones balcánicas de estos últimos. Desde el mismo momento de su creación
como estado independiente, Bulgaria se sumergió en una política exterior
tendente a debilitar al máximo al Imperio Otomano, fijándose en las provincias pan-búlgaras que aun eran gobernadas por este como un objetivo deseable y
necesario para la joven nación balcánica.
En 1911 el
ejecutivo moderado de Malinov es sustituido tras elecciones generales, por un
nuevo gobierno dirigido por Ivan Evstratiev Geshov, presidente del Partido del
Pueblo, con tendencias marcadamente nacionalistas, y que planteaba como eje de
su gobierno el conseguir un amplio pacto con otros países balcánicos que
permitiese la expansión de Bulgaria a costa del Imperio Otomano.
Tras arduas
negociaciones, es en 1912 cuando Geshov obtiene el compromiso griego y serbio
para la creación de una coalición de naciones, que será denominada Liga
Balcánica, imponiendo los firmantes del pacto una serie de reclamaciones
territoriales sobre el Imperio Otomano que este desprecia, confiado en el poder
y tamaño de su ejército.
Tropas búlgaras frente a civiles turcos muertos en Tracia |
Asalto búlgaro contra las líneas turcas en Kirkaleri (1913) |
Diversas imágenes de las Guerras Balcánicas |
El final de
la Primera Guerra Balcánica se firma en Londres, con Gran Bretaña como
observador, comprometiendo al Imperio Otomano a renunciar a todas las provincias
al oeste de la línea Midia – Ednos, salvo Albania.
Reyes de Serbia y Grecia, Pedro I y Constantino I |
Esta ruptura
supone una victoria diplomática para el Imperio Austro-húngaro, quién había
comenzado a apoyar las reclamaciones búlgaras por interés en debilitar la
posición de sus rivales en la zona, Serbia y Rusia. Unos Balcanes divididos,
permitirán un mayor control de Austro-Hungría sobre las provincias de Croacia y
Bosnia, así como ejercer una presión real sobre Montenegro y Serbia.
La firma de
la Alianza Greco-Serbia a mediados de 1913, fuerza a Bulgaria a tomar la
iniciativa diplomática. Son enviados emisarios a Rusia, intentando que medie en
el creciente conflicto entre las tres naciones balcánicas. El gobierno teme una
guerra, pero tanto el Zar como el Jefe de Estado Mayor búlgaro, General Savov,
la desean. Confían en que el ejército búlgaro les llevará a la victoria, por lo
cual, a espaldas del gobierno Danev, cursan órdenes para ocupar las zonas en
disputa de Macedonia. Dos ejércitos búlgaros entran en Macedonia, provocando un
fuerte incidente diplomático. Aunque Danev, saltándose al Zar y al Jefe de
Estado Mayor, ordenó tajantemente a las tropas la retirada, apenas 24 horas
después del inicio del movimiento ofensivo, ya era demasiado tarde.
Tropas griegas durante las Guerras Balcánicas |
El gobierno
Danev dimite en bloque, siendo nombrado como primer ministro el liberal pro
austriaco Vasil Radislavov, quién rápidamente inicia los contactos diplomáticos
que finalicen la guerra con el menor daño posible para Bulgaria, buscando la
mediación de Alemania. Sin embargo, las derrotas se suceden rápidamente y, en
pocas semanas, el ejército búlgaro sufre elevadas bajas que le ponen próximo al
colapso.
Primer Ministro Búlgaro Vasil Radoslavov |
A fin de
forzar la negociación, el ejército búlgaro se concentra en una valiente
ofensiva contra sus enemigos occidentales, consiguiendo derrotar y cercar a un
ejército griego. Para salvar la situación, Grecia se muestra de acuerdo en
detener las hostilidades, abriendo la vía diplomática el 13 de julio de 1913,
menos de un mes después del comienzo de la guerra.
Prisioneros búlgaros en manos griegas |
Lo único
positivo que obtiene el gobierno Radoslavov es el comienzo de una relación de
amistad con el Imperio Otomano, basada en la devolución de los territorios
ganados por Bulgaria en la Primera Guerra Balcánica, a cambio de una alianza
contra Serbia y Grecia, alianza que no llega a concretarse a pesar de sellarse
un acuerdo previo (Tratado de Constantinopla).
Así las
cosas, finalizadas las guerras balcánicas, Bulgaria se encuentra en una situación
realmente terrible, rodeada de enemigos y apartada de la escena internacional,
con muy pocos amigos continentales, y con una enorme suma en deuda exterior.
Rusia y Francia culpan a Bulgaria de la ruptura del sueño que suponía la Liga
balcánica, por lo que la alejan de su esfera de influencia. Bulgaria se
encuentra aislada.
LA
RECONSTRUCCIÓN. EL GOBIERNO RADOSLAVOV Y LA VÍA DIPLOMÁTICA:
Pérdidas búlgaras |
Sin ambargo, antes
de emprender las reformas necesarias, primero debería resolver los problemas
internos del gobierno. La coalición que conformaba el gobierno se deshizó, al
no estar de acuerdo algunos de sus miembros con la forma de llevar las
negociaciones de paz y el resultado de las mismas, por lo que Radoslavov se vió
obligado a convocar elecciones legislativas. Estas tendrían lugar durante
noviembre de 1913; el resultadode las elecciones fue poco concluyente, ya que
el gobierno sólo consiguió una mayoría simple con 97 de los 204 escaños, lo que
impidió la formación de un nuevo gobierno y obligó a una segunda convocatoria
electoral. Los búlgaros volvieron a las urnas en marzo de 1914.
Para las
nuevas elecciones, Radoslavov consiguió sacar adelante una ley que permitía
votar a los refugiados, aun cuando carecían de la nacionalidad búlgara de pleno
derecho. La campaña de todos los partidos se volcó sobre este grupo
poblacional, especialmente la realizada por el partido de gobierno, quién
incluso fue ayudado por oficiales de origen turco, quienes presionaron a la
población musulmana en el oriente del país para votar a favor de Radoslavov.
Como resultado de las elecciones, el gobierno liberal consiguió la mayoría
absoluta, al hacerse con 116 escaños, dando cierta tranquilidad sobre el futuro
que debían afrontar. Aun así, al necesitar para ciertas leyes las dos terceras
partes de los votos del parlamento, se utilizarían acuerdos puntuales con otros
partidos, compra de votos, etc… incluso se llegaría a ignorar las decisiones
del Parlamento, siempre “por el bien de Bulgaria”.
Familia Real Búlgara |
A la crisis
alimentaria, se sumaron las pérdidas en la industria y el mercado exterior, que
se cifraron en 87 millones de Levs (moneda búlgara). La pérdida de Dobrudja del
Sur amenazaba el puerto de Varna, por donde pasaba gran parte del comercio
continental con destino al Mar Negro. De todas las exportaciones búlgaras, sólo
la de tabaco se mantuvo en unos niveles aceptables.
Búlgaras en traje tradicional (1915) |
Por su parte,
el gobierno ruso comunica al embajador Radko Dimitriev su objetivo de refundar
la Liga Balcánica, para la que consideran un elemento fundamental a Bulgaria.
Aun cuando el gobierno Radoslavov mantiene muchas dudas sobre esta nueva
oportunidad, decide no dar una respuesta negativa, y esperar acontecimientos.
Rusia intenta convencer a Serbia para realizar concesiones territoriales a
Bulgaria, aunque los serbios se obcecan y declinan cualquier posibilidad de
acuerdo que incluya territorios.
Rusia desea
el acuerdo, pero para forzar a Rumanía a adherirse al pacto balcánico, realiza
un gran esfuerzo económico y diplomático para convencerla. Bulgaria ve este
trato con su rival como una provocación, alejándoles, aparentemente, de
cualquier posibilidad de acuerdo futuro.
Viendo que
Bulgaria se aleja de su esfera, Rusia le ofrece financiación, intentando mantenerla
en la órbita de la Entente, aunque tanto Gran Bretaña como Francia no parecen
tener el mismo interés. Esto tiene vital importancia, ya que gran parte de la
deuda búlgara está contraída con Francia, quién desoye las peticiones rusas
para ampliar los plazos de devolución de la deuda búlgara. La negativa va
acompañada por una campaña de créditos a Rumanía y Grecia, algo que los
búlgaros consideran ofensivo y muy grave para las relaciones de Bulgaria con la
Entente. Es en este punto cuando entra en juego el Imperio Austro-húngaro, quién
ofrece créditos en buenas condiciones al gobierno búlgaro para que puedan ir
liquidando la deuda francesa.
Refugiados, 1914 |
Viendo que
podía perder definitivamente el control sobre Bulgaria, el Servicio Secreto
ruso comienza a mantener contactos con la oposición parlamentaria, comprando
adhesiones a fin de obstaculizar las acciones del gobierno de Radoslavov.
También se intenta presionar directamente al Zar, ofreciéndole un préstamo de
500 millones de Levs, pero el ofrecimiento llega demasiado tarde, ya que a
principios de Julio, cuando la “Crisis de Julio” que llevará a la declaración
de guerra de Austro-Hungría a Serbia, está en pleno apogeo, un consorcio de
bancos alemanes encabezados por el Disconto-Gesellschaft y auspiciados
directamente por el Kaiser, concede financiación ilimitada al gobierno búlgaro,
a cambio de un compromiso defensivo y la adhesión búlgara a los Poderes
Centrales. Este movimiento supone la más grave derrota diplomática de la
Entente hasta la entrada en guerra de Bulgaria.
La Crisis de
Julio no acaba bien, como ya sabemos, produciéndose la consecución de
declaraciones de guerra que finaliza convirtiéndose en la Primera Guerra
Mundial. Cuando el 28 de julio estalla la guerra, Bulgaria declara su
neutralidad, alegando que su pacto es defensivo, y que Austro-Hungría es la
agresora. Para reafirmar sus argumentos, incluye en sus argumentos el hecho de
la falta de apoyo que, durante la Segunda Guerra Balcánica le dejaron de prestar
los Poderes Centrales, remarcando su derecho a permanecer neutral.
Aun así, el
gobierno, sabiendo que tarde o temprano deberá cumplir sus compromisos, aprueba
en el Parlamento un crédito extraordinario de 50 millones de Levs para
modernizar el ejército, así como la Ley Marcial.
La
neutralidad búlgara es recibida con satisfacción en las capitales de la
Entente, aunque, preocupados por los frentes de guerra, desperdician la
oportunidad de aproximarse al gobierno búlgaro, ofendiendo nuevamente a
Bulgaria al acercar posturas con Rumanía, a la que consideran clave
estratégicamente para atacar el flanco del Imperio Austro-húngaro. La jugada
diplomática acabará saliendo nefastamente, ya que Rusia vetará el acuerdo con
Rumanía (que reclama la Bessarabia rusa como pago), cuando ya Bulgaria se ha
alejado de la vía diplomática con la Entente.
Por su parte,
Bulgaria comienza a mover sus piezas hábilmente. El 6 de agosto firma un
acuerdo secreto con el Imperio Otomano para una defensa mutua en caso de ser
atacados por otro país de los Balcanes, así como un compromiso para consultarse
mutuamente antes de atacar a otras naciones balcánicas.
Sin embargo,
el Imperio Otomano rompe su neutralidad en octubre de 1914, invocando su pacto
con Bulgaria. Nuevamente el gobierno búlgaro decide mantenerse neutral, con un
apoyo casi total de la opinión pública. Es una política inteligente de
Radoslavov; el desea entrar en guerra, pero prefiere esperar a ver quién es el
ganador, a fin de prestar su apoyo al bando que más ventajas le proporcionará y
esté dispuesto a atender más concesiones territoriales.
Quedando
obvia la estrategia búlgara, la Entente y los Poderes Centrales aprovechan
cualquier éxito militar para acercarse a Bulgaria. De hecho, la victoria rusa
en Galitzia, la caída de la fortaleza austriaca de Przemysl y el ataque sobre
los Dardanelos, son utilizados favorablemente por la Entente. Sin embargo, la
obstinación de Serbia sobre sus posesiones en Macedonia, hace que, nuevamente,
se pierda la oportunidad de volcar el poder búlgaro a su lado.
Los Poderes
Centrales comienzan a cansarse de la indefinición búlgara. Alemania comienza a
utilizar la devolución de los préstamos realizados como método de presión.
Inicialmente obtiene el compromiso búlgaro de colaborar diplomáticamente con
los Poderes Centrales. De hecho, la primera misión que se le solicita a
Bulgaria, tiene como objeto el averiguar la postura que va a tomar Italia en la
guerra. Utilizando una reunión de países no beligerantes en Roma, la misión
diplomática búlgara sondea a los italianos, intentando averiguar su postura,
aunque, como ya vimos en el capítulo sobre Italia, el hermetismo de la
diplomacia italiana no permite sacar conclusiones claras a los “espías” búlgaros.
Aun así, el Ministerio de Asuntos Exteriores búlgaro transmite a Alemania la impresión
que Italia acabará uniéndose a la Entente, más a modo de predicción que de
certeza, aunque en poco tiempo se mostrará como tal.
Justamente,
la entrada en guerra de Italia causa un nuevo trauma a la maltrecha vía
diplomática de la Entente. La rivalidad entre Italia y Serbia por la región
austro-húngara de la Dalmacia, complica las negociaciones con Serbia para la
cesión de Macedonia a Bulgaria. Adelantándose a la respuesta Serbia, el 29 de
mayo de 1915, los negociadores de la Entente envían una nota diplomática al
gobierno búlgaro, prometiendo la zona en disputa de Macedonia, la Tracia
Oriental, la devolución griega de Kavalla y la devolución rumana de Dobrudja
del Sur.
Las fuertes
protestas provenientes de los países afectados, especialmente de Serbia y
Grecia, hacen desechar la propuesta a las autoridades búlgaras, aunque deciden
esperar antes de dar su respuesta definitiva. El motivo es la cambiante
situación bélica; con los Poderes Centrales estancados, la ofensiva parece
favorable a los aliados de la Entente, hasta que la situación cambia en
Galitzia y Polonia. Las derrotas militares de Italia en el río Isonzo, de Rusia
en Galitzia y las dificultades que atraviesa la cabeza de playa de los
Dardanelos, hacen que el gobierno Radoslavov de su respuesta a la Entente el 16
de junio: “No”.
Aprovechando
la respuesta búlgara, los Poderes Centrales cursan una nueva propuesta en términos
muy próximos a los que daba la Entente, pero la intervención directa del Zar
Fernando hace que se siga apostando por la neutralidad.
El doble
juego del gobierno búlgaro comienza a pasarle factura en los círculos
internacionales. Tanto Lloyd George (Primer Ministro Británico) como su
Ministro de Marina (Winston Churchill) dudan de las intenciones reales del
gobierno búlgaro y desaconsejan ceder un ápice en la negociación, mientras los
gobiernos ruso y francés temen la probable entrada en guerra de Bulgaria al
lado de los Poderes Centrales.
Se apuesta
por dar una última oportunidad a la diplomacia, lanzándose una firme ofensiva
desde ambos bandos para atraer a Bulgaria a su lado. Durante el verano de 1915
las ofertas y contra-ofertas surgen constantes. Se realizan promesas, en muchos
casos incumplibles, y se envían conocidos diplomáticos a Sofia. En este
ambiente, sólo un error puede hacer que Bulgaria cambie su neutralidad, y este
sucede cuando, durante el mes de julio, los enviados de la Entente se reúnen
con la oposición búlgara, prometiéndoles ventajas y ayuda económica para
influir en miembros del ejecutivo, comprar votos y voluntades.
Es el momento
que aprovechan los Poderes Centrales para enviar un nuevo embajador, el Duque
de Mecklenburgo, con carta de libertad para negociar la hegemonía búlgara en
los Balcanes.
General Mayor Nikola Zhekov Ministro de Guerra búlgaro |
En agosto se
envía una delegación militar a Berlín, encabezada por el Coronel Petar Ganchev,
y se reemplaza al Ministro de la Guerra, Teniente General Ivan Fichev por el
pro-germánico General Mayor Nikola Zhekov. El objetivo es coordinar esfuerzos
con el alto mando militar alemán para una futura adhesión búlgara.
Mientras, los
aliados de la Entente no cesan en su objetivo. Intentan provocar la cesión de
territorios por parte de Serbia y Grecia, pero la obstinación de estos les
impulsa a tomar una decisión definitiva; si no pueden alinear al gobierno
búlgaro, deberán derrumbarlo o desestabilizarlo. Para ello, financian a la
oposición búlgara para que tumbe al gobierno, apoyándoles desde el exterior con
la compra de toda la producción de grano búlgara, intentando provocar una
hambruna en el país que facilite la acción opositora.
El gobierno
descubre la conspiración por las delaciones de varios opositores, deteniendo a
los responsables de la traición. Los aliados de la Entente intentan ponerse de
perfil, desmarcándose de las acusaciones búlgaras. El error diplomático les obliga
a presionar de forma definitiva a Serbia para ceder en las pretensiones
búlgaras, consiguiendo, el 1 de septiembre, que esta acepte ceder la zona en
disputa de la Macedonia (Vardar) a Bulgaria. A cambio pide que se le permita
ocupar Croacia y Eslovenia cuando el Imperio Austro-húngaro sea derrotado. La
respuesta diplomática búlgara es fulminante; no está dispuesta a que Serbia
cobre tanto poder y territorio.
Cinco días
después, Bulgaria firma su adhesión a los Poderes Centrales, mediante el “Tratado
de Amistad y Alianza entre el Reino de Bulgaria y el Imperio Alemán”, firmado
en Sofia, lo que obliga a las partes a la defensa mutua. Además, se añade un
documento secreto que incluye las ganancias territoriales que se garantizan a Bulgaria tras la victoria de los Poderes Centrales, y que incluían Macedonia y
las zonas en disputa, parte de Serbia, más un compromiso para apoyar la
recuperación de territorios sobre Rumanía y Grecia, si alguna de ellas se
uniese al conflicto en contra de los Poderes Centrales. Se concedía,
adicionalmente, un préstamo de 200 millones de francos, más préstamos
adicionales si la guerra se prolongaba más allá de cuatro meses.
Movilización búlgara |
Bulgaria se
compromete a respetar la neutralidad rumana y griega. Además, firma un acuerdo
separado con el Imperio Otomano, por el que se garantiza la posesión de los
territorios otomanos al oeste del río Maritsa.
Un último
intento francés y ruso, con la oposición británica, de romper las negociaciones
de Bulgaria con los Poderes Centrales, fracasa el 13 de septiembre. El 22 de
septiembre es declarada la movilización general, pasando Bulgaria a un estado
de “neutralidad armada”.
Caricatura búlgara sobre el ultimatum ruso |
La presión
rusa obliga a los diplomáticos de la Entente a abandonar Sofía el 4 de octubre,
dejando sobre la mesa un ultimátum de 24 horas. Las palabras son refrendadas
por la fuerza, cuando 24 horas antes, tropas francesas y británicas desembarcan
en el puerto griego de Salónica, amenazando el flanco sur búlgaro.
El gobierno
Radoslavov rechaza el ultimátum, que no se cumple. Rotas ya las vías
diplomáticas, la vía de la guerra es la última alternativa. El 14 de octubre de
1915, Bulgaría declara la guerra a Serbia e invade su territorio, entrando de
lleno en la Primera Guerra Mundial.
EL EJÉRCITO
BÚLGARO EN 1915:
Las fuertes
bajas asumidas por el Ejército Búlgaro durante la Segunda Guerra Balcánica, así
como la amenaza surgida por la pérdida de territorios al final de la misma,
provocaron una lenta desmovilización del ejército regular.
Aun así, a
mediados de 1914 ya se había completado la desmovilización, pasando el ejército
búlgaro a componerse de sus habituales 40 regimientos de infantería, cerca de
70.000 soldados, un número que, como ya hemos comprobado en anteriores
entradas, era absolutamente inadecuado para el desarrollo de una guerra como la
que se encontraba en ciernes.
Bien lo
sabían los jefes militares búlgaros, por lo cual decidieron que en caso de
movilización, se realizaría obligatoriamente sobre todos los hombres entre los
20 y los 48 años, a fin de alcanzar un grueso de ejército de, aproximadamente,
medio millón de soldados. Todos los hombres por encima de los 40 configurarían
una milicia territorial, que permitiese cubrir la seguridad interior y de
fronteras “seguras”, mientras los hombres más jóvenes eran destinados a línea
de frente. Gran parte de estos “reclutas” carecían de entrenamiento (entorno a
un cuarto de millón), que recibirían en la segunda mitad de 1915, cuando se hizo
obvio que Bulgaria no podría quedarse neutral en la guerra que se desarrollaba
en Europa.
Oficiales chetniks búlgaros |
Contaban con
1.200 piezas de artillería, un tercio de los cuales eran cañones de tiro rápido
Schneider de 75 mm. Pronto se demostraría que el número de piezas y, sobre
todo, de municiones (unas 500 por cañón) eran absolutamente insuficientes en
una guerra moderna.
Como hemos
visto previamente, la movilización general fue decretada tiempo antes de la
entrada en guerra de Bulgaria. Los acuerdos sellados en Berlín entre el Coronel
Ganchev y los responsables militares de los Poderes Centrales, obligaban a
Bulgaria a disponer de fuerzas suficientes en el momento de su entrada en
guerra; por tanto, el 22 de septiembre de 1915 se cursó el decreto de
movilización general. Llevaría 18 días completarla, no estando exenta de
problemas materiales, ya que en el curso de la misma se conoció una gran
escasez de caballos, de carros, e incluso de uniformes. Aunque había
desaparecido el entusiasmo mostrado por los voluntarios, que tras ir
alegremente al combate durante la Primera Guerra de los Balcanes, vieron la
parte más oscura de la guerra en el curso de la Segunda, los números previstos
para la movilización (577.000 hombres) se vieron ampliados, alcanzándose la
movilización de 616.000 hombres a principios de octubre de 1915.
Zar Ferdinand I, Comandante en Jefe del Ejército Búlgaro |
Para
comandarlos en la batalla, el Zar Fernando, al cual atribuía la
Constitución el rango de comandante en
jefe del ejército, decidió delegar en el Ministro de la Guerra, Mayor General
Nikola Zhekov.
El plan
general de ofensiva disponía que la ofensiva Búlgara se dirijiese contra
Serbia, cediendo el control sobre el 1º Ejército Búlgaro al mando alemán del
Mariscal von Mackensen, y manteniendo el control sobre el 2º Ejército, que
operaria sobre Macedonia.
BULGARIA EN
GUERRA. LA CAIDA DE SERBIA:
Movimientos militares - Campaña de Serbia 1915 |
En la
frontera con Bulgaria quedarían desplegados a primeros de octubre, 145
batallones de infantería, la mitad del ejército serbio. Se confiaba en el envío
por parte de las potencias aliadas, de un contingente de 150.000 hombres que
les ayudasen para cubrir la desprotegida región de Macedonia, pero mientras
tanto, comenzaron los trabajos para construir defensas que ayudasen a frenar a
los atacantes.
Tropas serbias en Belgrado, 1915 |
August von Mackensen |
Tropas Austriacas camino del frente |
El 6 de octubre, las fuerzas de Mackensen dispusieron un fuerte bombardeo artillero sobre la línea de defensa entre los ríos Sava y Danubio. Veinticuatro horas más tarde, el grueso de la infantería de Mackensen cruzaba los ríos sin apenas oposición. El acuerdo entre las Potencias Centrales incluía que las fuerzas búlgaras atacasen dentro de los primeros cinco días tras el asalto del cuerpo principal de Mackensen, pero un problema en la concentración de fuerzas obligó a retrasar la fecha del asalto.
Unidades serbias en los alrededores de Belgrado |
Estado Mayor del Primer Ejército Búlgaro |
El 14 de
octubre los búlgaros se encontraron por fin preparados para atacar a su rival,
y declararon la guerra a Serbia, entrando de lleno en la Primera Guerra
Mundial. El ataque fue dirigido a reducir el hueco que separaba a los ejércitos
dirigidos por Mackensen del 1º Ejército búlgaro. Mackensen había atacado en un
frente continuado a lo largo del Danubio, de más de 130 km., penetrando unos 15
km. en el sistema defensivo serbio. Para apoyar el ataque búlgaro, Mackensen
varió su línea de asalto, ordenando a sus fuerzas ocupar los valles del río
Morava y tomar las poblaciones de Nis y Alksinac.
Tropas búlgaras |
Sin embargo,
para el 26 de octubre se produjo el derrumbamiento del frente central serbio, y
las dos fortalezas fueron ocupadas sin oposición.
Mientras, el
2º Ejército búlgaro avanzaba sin grandes problemas, tomando el 16 de octubre la
ciudad de Vranje, cortando las comunicaciones ferroviarias entre Vardar y
Serbia. Para aliviar la presión sobre el flanco del primer ejército, parte de
las divisiones del segundo viraron en dirección a Nis, mientras el resto de las
tropas avanzaban en profundidad en Macedonia. El 20 de octubre caían Veles y
Kumanovo. Durante los combates entorno a Veles, las tropas búlgaras chocaron
por primera vez con tropas aliadas (francesas) que avanzaban desde la zona de
Salónica en apoyo de los serbios. Desconociendo el nivel de la amenaza, el Alto
Mando búlgaro ordenó el envío a la zona de dos nuevas divisiones, obligando a
operar al 2º Ejército en dos direcciones, hacia el sur contra los aliados, y
hacia el oeste contra los serbios.
El 22 de
octubre, tras duros enfrentamientos con la guarnición serbia, los búlgaros
ocupaban Skopje y el paso de Kacanik, cortando la retirada al grueso de las
fuerzas serbias. La posibilidad de destruir por completo al ejército serbio,
decidió al mando búlgaro a asumir posiciones defensivas frente a las tropas
aliadas al sur, y reforzar el ataque en la zona de Skopje.
La retirada serbia hacia Kosovo |
Mientras los
serbios se retiraban empujados por el grupo de ejército de Mackensen, los
búlgaros atacaban hacia Nis (capital en tiempo de guerra, al encontrarse más
protegida que Belgrado), capturando 5.000 prisioneros. Para el día 5 de
noviembre, el 1º Ejército búlgaro y el 11º Ejército alemán juntaban sus líneas
de avance, abriendo la ruta de suministros entre Austro-Hungría y Bulgaria, y
por ende, al Imperio Otomano, lo cual hería de muerte la aventura militar
aliada en los Dardanelos.
Los serbios huyen hacia Albania |
Conmemoración de la toma de Nis, capital de guerra serbia |
A mediados de
mes, toda Serbia estaba ya ocupada por las Potencias Centrales.
Terrible sería la represalia que desencadenarían las potencias ocupantes, especialmente Austro-Hungría, sobre la población civil serbia, que sufrió ejecuciones sumarias y una suerte de limpieza étnica que provocó un éxodo masivo de determinadas zonas.
Ejecución de civiles serbios |
Mientras, las
tropas aliadas desembarcadas en Salónica y mandadas por el General Maurice
Sarrail (tres divisiones francesas y una británica) intentaban, sin mucho
entusiasmo, avanzar frente al 2º Ejército búlgaro. La caída de Pristina
convenció al General Sarrail para abandonar el avance, y previendo el riesgo
que las fuerzas de Mackensen se concentrasen contra el, retirarse de nuevo a
Salónica. No sería hasta el 3 de diciembre cuando el 2º Ejército búlgaro inició
su avance contra los franceses, quienes ya habían desalojado sus posiciones.
Derrotaron a los británicos en Kosturino, e iniciaron su persecución. El 11 de
diciembre el ejército búlgaro alcanzaba la frontera griega, y siguiendo los
acuerdos alcanzados con los Poderes Centrales, se mantuvieron en su lado de
frontera.
CONCLUSIONES:
Las Potencias Centrales al completo |
La Entente salió muy malparada. Aun consiguiendo salvar a 150.000 soldados serbios, la pérdida territorial fue terrible, y, al abrirse los flujos de comercio entre los Poderes Centrales, se tuvo que abandonar la misión en Gallipolli, sobre la que se tenían grandes esperanzas para sacar de la guerra al Imperio Otomano.
Consecuencia
directa de la confrontación con Bulgaria,
fue la apertura de un nuevo frente, que será conocido como Frente de
Salónica, y que conoceremos más ampliamente en futuras ediciones de este blog.
Tarjeta italiana representando la caída de Serbia: Alemania y Austria atacan, Bulgaria apuñala y Grecia mira. |
El Frente
Serbio había sucumbido.