Verdún, la primera batalla de artillería de la Historia. Cañón ferroviario francés de 370 mm. |
*La Batalla
de Verdún fué una de las batallas más largas, violentas y devastadoras de la
historia de la Humanidad, la primera batalla librada puramente con artillería, un
auténtico monumento a la destrucción y la muerte, esculpido sobre la pobre
tierra de la bellísima región francesa de la Lorena, en el Departamento del Mosa,
con los proyectiles artillería a modo de cincel y la sangre de la pobre
infantería como pintura. Tan inmenso sería el choque, que he decidido dividir
la entrada en dos partes. En la primera de ellas, descubriremos los primeros y brutales
ataques alemanes, siguiendo un concepto estratégico absolutamente innovador (y
criminal), cuyo desarrollo abarcaría desde el 21 de febrero hasta el 1 de julio
de 1916, fecha del incio del otro gran desastre de 1916, la Batalla del Somme.
Este periodo cubrirá las tres primeras fases de la Operación Gericht
(Ejecución), incluyendo la conquista de los fuertes de Douaumont y Vaux, que se
convertirán en el emblema mismo de la batalla. La segunda parte abarcará desde
la fase final de la ofensiva y la parálisis alemana, hasta los demoledores
contraataques franceses durante el otoño de 1916, que llevarían la batalla hasta
la horrenda cifra de bajas que reflejaría al final de la misma, el 19 de
diciembre de 1916.
Bienvenidos a
Verdún, bienvenidos al infierno.
Poilus franceses en una trinchera. RFV. |
SITUACIÓN ESTRATÉGICA
EN EL FRENTE OCCIDENTAL:
Como ya hemos
visto en anteriores entradas de este blog, la rápida invasión alemana de Francia
fue detenida en octubre de 1914, tras la derrota alemana en la Batalla del
Marne. Durante el otoño de 1914, el ejército alemán, tras fracasar en sus
intentos de una victoria decisiva, construiría una gran cantidad de posiciones
fortificadas que darían lugar a los complejos de trincheras que cubrirían
Flandes y Francia durante los siguientes años, desde el Canal de la Mancha
hasta la frontera Suiza, provocando el total estancamiento de las operaciones
militares. Más tarde, durante 1915, los ejércitos de la Entente se desangrarían
en una serie de ofensivas de asedio, en un intento de romper las líneas
fortificadas alemanas; dichas ofensivas supondrían costosísimas derrotas, en
las que el terreno ganado sería insignificante en relación con la gran cantidad
de bajas sufrida.
La situación
de estancamiento absoluto en el Frente Occidental, fue aprovechado por el
Estado Mayor alemán, comandado por Erich von Falkenhayn, para dirigir su punto
de mira hacia el este de Europa. Concentrando la mayor parte de sus esfuerzos bélicos
y diplomáticos en el Frente Oriental, consiguió para las Potencias Centrales
una serie de importantes victorias, empujando a los ejércitos rusos muy
profundamente hacia su retaguardia, y, como ya vimos previamente, sacando de la
guerra a Serbia, mientras que un nuevo miembro se unía a los Poderes Centrales:
Bulgaria.
Soldado alemán con uniforme de 1914. Para febrero de 1916 aun muchas unidades mantenían estos uniformes |
Las
enseñanzas de la Segunda Batalla de Champagne y de la Ofensiva Gorlice-Tarnow
habían permitido al Estado Mayor alemán convencerse que el poder de la
artillería sería determinante en el desarrollo del conflicto. Si conseguían
atraer al ejército francés a la batalla, podrían destruirle por el simple peso
de un gigantesco fuego artillero, sin arriesgar muchos soldados en el empeño.
En enero de 1916 fue enviado a la región de Verdún el 5º Ejército alemán, bajo
el mando directo del Príncipe Heredero Guillermo (Köprinz Willhelm), compuesto
por cinco cuerpos procedentes de la reserva estratégica alemana, y se comenzó a
acumular artillería y proyectiles para apoyar el próximo asalto.
Soldados alemanes se fotografían sobre un álamo que sufrió los devastadores efectos de la batalla |
Ambos bandos
estaban de acuerdo en el objetivo. Pero los alemanes se adelantarían a los
planes aliados…
La Región
Fortificada de Verdún (RFV) conformaba un saliente causado tras la invasión
alemana de 1914. Situada en la Región de la Lorena, en el Departamento del Mosa
(Meuse), es un bello paraje compuesto por elevaciones de terreno, parte final
de la zona quebrada de la Sierra de Argonne, cubierta por densos bosques que
van a dar a un amplio valle donde se encuentra la ciudad de verdún. La Región
Fortificada de Verdún fue ignorada por los avances iniciales alemanes, ya que
sus elevaciones boscosas se encontraban protegidas por un denso sistema de
fuertes que, como se demostraría en los asaltos alemanes en Lieja y Namur, aun
estando obsoletos, imponían un gran respeto al mando alemán.
Fort Douaumont durante la batalla |
El Campo de Batalla de Verdún hoy en día (2015) |
El corazón
del saliente lo formaba la bella ciudad de Verdún. Lugar de paso entre Francia
y Centroeuropa, era una población histórica, por la que habían transitado
personajes históricos como Atila o Carlomagno; Verdún cuenta con una ciudadela
construida en el siglo XVII, que fue ampliada posteriormente hasta conformar
una formidable fortaleza con un doble anillo de 28 fuertes y posiciones menores
rodeando la ciudad.
Tras la
derrota francesa de 1870, se inició un ambicioso programa para fortificar todas
las regiones fronterizas con la Lorena y Alsacia, desde Verdún hasta Toul, y
entre Belfort y Epinal. En la década de los ochenta del siglo XIX, sería construido el emblema de la defensa de Verdún, el gran fuerte de Douaumont, una
gigantesca fortificación con paredes de hormigón armado con un espesor de dos
metros y medio y recubierta de arena. Muchos de los fuertes serían modernizados
a comienzos del siglo XX, equipándolos con posiciones para artillería de 155
mm, y torretas dobles con cañones de 75 mm.
Antes de
empezar la guerra, la Región Fortificada de Verdún (RFV) era una formidable
línea defensiva, incluyendo aproximadamente 1.000 piezas de artillería y 65.000
hombres; sin embargo, como ya hemos adelantado, la directiva de Joffré los
había desarmado. Tendrían que presentar batalla con tan sólo el grosor de sus
pieles y el valor de sus defensores.
Mapa de las operaciones entre el 21 de febrero y el 16 de diciembre de 1916. Usar para referencias del texto. |
Verdún se
encontraba aislado de Francia por tres de sus lados, teniendo una deficiente
comunicación ferroviaria con el resto del país. El Alto Mando alemán evaluó la
ventaja que suponía este déficit logístico aliado, especialmente cuando los
alemanes contaban con un eficiente sistema ferroviario, con cabeceras de
ferrocarril a tan sólo una veintena de kilómetros de la futura línea de frente.
Durante el
mes de enero de 1916, se tendieron miles de kilómetros de cable telefónico, con
el objetivo de garantizar las mejores comunicaciones internas entre las
unidades de combate y las baterías de artillería, que permitiese solicitar en
cuestión de minutos tanto refuerzos como fuego artillero.
Obús alemán de 420 mm. |
Príncipe Heredero Hohenzollern Köprinz Wilhellm, Comandante 5º Ejército |
Se realizaría,
por petición explícita del Alto Mando Alemán, un esfuerzo muy significativo por
mantener una elevada cadencia de fuego de artillería. A tal efecto, en los
depósitos de municiones de retaguardia se acumularon hasta dos millones de
proyectiles de todos los calibres, dispuestos a ser disparados durante la
primera semana de ofensiva, mientras que otros dos millones llegarían en fechas
posteriores para ser utilizados durante la segunda semana. Se concentraron 1.200
piezas de artillería en el que sería el Frente de Verdún, de las cuales las dos
terceras partes eran cañones pesados u obuses de gran calibre.
El plan
alemán sería denominado “Unternehmen Gericht” (Operación Ejecución, o también
conocido como Lugar de Ejecución), y se convertiría en el primer episodio
consciente de la que sería denominada “Guerra de Desgaste”, la primera batalla
de la Historia librada puramente con poder artillero. Las líneas maestras de la
Operación Gericht serían: 1º) Un devastador bombardeo artillero que se
iniciaría en la madrugada del 12 de febrero, triturando durante horas las
posiciones francesas con la enorme potencia de fuego de sus piezas de
artillería, golpeando desde los tres flancos del frente, y laminando toda
oposición de la infantería francesa. 2º) El avance de la infantería alemana se
realizaría en orden abierto, para minimizar la acción de ametralladoras y
artillería enemiga, apoyando el asalto con lanzallamas y tropas de asalto. 3º)
En la primera fase de la ofensiva se eliminarían las posiciones francesas de
primera línea, ocupando las alturas del Mosa, desde Froide Terre al Fuerte
Tavannes, con punto de quiebra en Fuerte Souville. 4º) En una segunda fase se
garantizaría una línea de defensa sólida en las tierras altas de ambas orillas
del Mosa, a fin de rechazar los previsibles contraataques franceses. 5º)
Asegurada la tierra alta, se batiría con fuego masivo de artillería, tanto la
ciudad de Verdún como sus líneas de defensa y comunicaciones, destruyendo
cualquier oposición francesa. 6º) En una última etapa, destruida la capacidad
combativa francesa, se descendería hacia el valle para ocupar toda la orilla oriental
del Mosa, y conquistar la ciudad de Verdún.
El plan
especificaba que el objetivo era “involucrar en la batalla la mayor cantidad de
fuerzas enemigas, destruyéndolas por el peso del fuego artillero, sin
sacrificar un número de tropas importante”. Era el comienzo de la guerra de
desgaste, donde el que más bajas resistiese, sería el triunfador.
LA PRIMERA
FASE. EL DÍA DEL JUICIO:
Tiro de artillería francés huyendo ante la barrera de artillería alemana. |
El Gran Bertha. Obús de 420 mm. |
Un rápido
cálculo hace ver que en ese periodo de diez horas, en un área de 1.500.000 m2,
cayeron, al menos, un proyectil por cada metro cuadrado de terreno bajo la
barrera artillera alemana. ¿Que podría sobrevivir en esas condiciones?. Nada en
el exterior, ni hierba, ni árboles, ni animales, ni hombres.
Infantería alemana preparada para el ataque |
Para el segundo
día de campaña, la infantería alemana ya había conseguido penetrar unos 3 km en
el sistema defensivo francés. La primera y gran parte de la segunda líneas de
trincheras francesas habían sido pulverizadas bajo el demoledor fuego artillero
alemán. Los franceses presentaron una tenaz defensa en el entorno del Bois de
Caures, cuando dos batallones de Chasseurs a Piéd (Cazadores) franceses,
dirigidos por el Coronel Émile Driant, opusieron una feroz resistencia al
ataque alemán, deteniendo su avance hasta el 23 de febrero, cuando, con Driant
muerto y contando tan sólo con 118 supervivientes (de un número aproximado de
800 hombres), fueron obligados a retroceder en dirección a las poblaciones de
Beaumont y Samogneux.
Trinchera francesa en el sector de Verdún |
A pesar de
las pérdidas sufridas y de la oposición creciente, la infantería alemana retomó
su asalto el día 24 de febrero, obligando al XXX Cuerpo francés a abandonar precipitadamente
las trincheras que mantenía aun en la segunda línea de defensa, siendo el XX
Cuerpo del general Balfourier arrastrado en la huida hacia la tercera línea. La
segunda línea francesa había sido completamente conquistada.
Philippe Petain, comandante del 2º Ejército francés. Promocionado a Jefe del Grupo de Ejércitos Centro (GEC) |
Aunque Joffré,
alarmado por el cariz de los acontecimientos, cursó órdenes urgentes para mover
el ejército de Petain hacia la zona de batalla, la suerte del emblema de la
Región Fortificada de Verdún estaba echada. A las tres de la mañana del 25 de
febrero, el 24º Regimiento de Infantería de Brandemburgo avanzó sobre la colina
donde se encuentra Fort Douaumont, con dos batallones avanzando por delante (el
2º y 3º) y el 1º batallón en reserva. Los alemanes rápidamente conquistaron las
posiciones francesas en los bosques y la cota 347, gracias al eficaz fuego de
ametralladoras procedente del linde del Bois del Hermitage. Los defensores franceses
fueron arrasados en pocos minutos, dejando en manos alemanas una gran cantidad
de prisioneros, retirándose los supervivientes desde las posiciones frente al
fuerte, en dirección al pueblo de Douaumont, batidos en su retirada por la
artillería alemana. Los soldados de Brandemburgo habían conseguido sus
objetivos iniciales en tan sólo veinte minutos; sin órdenes para continuar,
muchas unidades se arrojaron en persecución de los franceses en su retirada,
siendo detenidos por el fuego graneado de ametralladora procedente de la iglesia
del pueblo de Douaumont.
El 24º Regimiento de Brandemburgo asalta Fort Douaumont |
La fuerza de
asalto alemana desconocía el tamaño real de la guarnición de Fort Douamont.
Como vimos anteriormente, la directiva de Joffré de agosto de 1915, consideraba
innecesarios los fuertes, y había eliminado la mayor parte de la artillería y
guarnición asignada a los mismos. Por tanto, realizaron un avance cauto sobre Fuerte
Douaumont, intentando minimizar las bajas; un grupo de un centenar de soldados trató
de iluminar la posición con bengalas, a fin de señalizar el área y evitar el
fuego artillero propio, mientras comenzaban a cortar las alambradas que
cerraban los accesos al fuerte.
Fort Douaumont, Emblema de la RFV cayó en pocas horas |
Una vez en el
interior del Fuerte de Douaumont, capturaron uno de los puestos de observación,
donde hicieron varios prisioneros, a los que persuadieron para que los llevasen
hacia el interior del fuerte; allí encontraron al comandante de la guarnición,
un suboficial llamado Chenot y a veinticinco soldados franceses, todo lo que
quedaba de la guarnición del fuerte, a los que hicieron prisioneros sin
oposición. La captura de Fort Douaumont les había costado a los alemanes escasamente
un centenar de bajas… Meses después, como diría un general francés, “los
franceses perderíamos más de 100.000 hombres intentando recuperarlo”.
El autor del blog. Fort Douaumont. Junio 2015. Manejando la torreta doble de 75 mm. |
El día 26 de
febrero, el General Petain ordenó contraatacar a las tropas del 2º Ejército que
ya habían ocupado las posiciones defensivas, cuando aun se encontraban
descansadas. Desde el pueblo de Douaumont partió la infantería francesa, en un
intento de recuperar Fort Douamont antes que los alemanes lo pusiesen en
funcionamiento, pero la artillería alemana disperso a los asaltantes franceses
con enormes bajas. Escarmentado por su error, que le había costado cientos de
hombres, Petain dio el fuerte definitivamente por perdido, y ordeno a su infantería
que se concentrasen en la defensa de la villa de Douaumont.
Joffré,
disgustado por el golpe moral que supuso la pérdida de Fort Duaumont, decidió revocar
sus órdenes previas, y reequipar los restantes fuertes e incrementar sus
guarniciones.
Tropas de asalto alemanas, equipadas con granadas |
Este retraso
en las operaciones ofensivas alemanas, permitió la llegada de más de 90.000
soldados franceses de refuerzo, ubicando su artillería de acompañamiento en la
orilla occidental del Mosa, que se encontraba libre del asalto alemán. Desde
allí batieron a las fuerzas alemanas desde el 1 de marzo, causando bajas
crecientes entre la expuesta infantería alemana de la orilla oriental.
LA SEGUNDA
FASE. EJECUCIÓN EN LA ORILLA OCCIDENTAL:
Poilus franceses intentan ocultarse al horror del bombardeo masivo alemán. |
Aun así, el 29 de febrero se insistió nuevamente, presionando para que se atacase la orilla occidental y se silenciasen los cañones franceses, lo que permitiría acabar la conquista de los objetivos en la orilla oriental. El jefe de estado mayor del 5º Ejército, general Knobelsdorf, que más adelante sería nombrado comandante del Grupo de Asalto en la orilla oriental, situó dos divisiones en la orilla occidental del Mosa, a fin de comenzar a operar rápidamente en el área.
Tropas francesas esperan la acción en el área de la colina 304 |
Para el 6 de abril, la artillería de los dos cuerpos alemanes, apoyada por 25 baterías de artillería pesada, inició un demoledor bombardeo sobre las posiciones francesas entre la colina de Le Mort Homme (“El Hombre Muerto”, un nombre que sería todo un presagio) y las colinas 265 y 304. Tan demoledor sería el fuego iniciado, que la cota 304 perdería 4 metros de altitud debido a los bombardeos sufridos durante la batalla.
El fuego
artillero alemán trituró las posiciones de la artillería francesa sobre Le
Mort-Homme, aquellas que habían dificultado el avance alemán en la orilla
derecha del Mosa; visto desde dicha
orilla, parecía como si las colinas de la orilla occidental estuviesen,
literalmente, saltando por los aires.
El ataque de
la infantería alemana se dividiría en dos fases: la primera fase incluiría un
rápido avance a cubierto del fuego de artillería alemán, hacia las colinas de
Le Mort-Homme y 265, para lanzar posteriormente un nuevo ataque el 9 de marzo
sobre la población de Avocourt y la colina 304.
El avance de
la infantería alemana rápidamente conquistó el Bois des Corbeaux, al norte de
Mort-Homme, aunque un feroz contraataque de la infantería francesa conquistó
recapturarlo y defenderlo durante un tiempo, ante la abrumadora superioridad
numérica alemana. Sin embargo, esta obstinación defensiva permitió un cierto
retraso en el operativo alemán, de tal suerte que Mort-Homme no pudo ser
asaltado hasta el día 9 de marzo, cuando los alemanes colocaron dos batallones
en posición en la carretera de Bethincourt, al noroeste.
Testimonio del salvajismo de los bombardeos. El cadáver de un Poilu. |
Así las
cosas, a los alemanes les habían costado una semana alcanzar los objetivos
asignados para el primer día de ofensiva, con un coste humano desgarrador.
Además, la artillería francesa en la Colina de Marre y en Bois Borrous seguía
plenamente operativa, infligiendo fuertes bajas entre las tropas que avanzaban
en la orilla oriental del Mosa.
Era obligado
reposicionar las baterías alemanas, ya que habían quedado fuera de alcance;
algunas baterías avanzaron a la Colina 265, sólo para quedar en el punto de
mira de la artillería francesa, que las sometieron a un demoledor fuego
contra batería, inhabilitando el apoyo artillero alemán, y forzando al mando a
implementar una segunda fase de la ofensiva, como medio de garantizar que las
ganancias obtenidas en la orilla occidental durante la primera fase de la misma
no se perdiesen.
La ofensiva
alemana se vio obligada a reducir sus objetivos estratégicos a unos objetivos
tácticos mucho más limitados, que permitiese mantener el avance en la orilla
occidental. El 14 de marzo se conquistó la colina 265, aunque la 75ª Brigada de
Infantería francesa consiguió mantener la colina 295, situada al este,
amenazando todo el flanco del avance alemán.
El 20 de
marzo, la artillería alemana bombardeo las posiciones francesas para cubrir el
asalto de las divisiones 11ª Bávara y 11ª de Reserva, que atacaron y ocuparon
en poco tiempo los Bois d’Avacourt y de Malancourt.
Joven soldado alemán |
Las
insignificantes ganancias alemanas habían sido extremadamente costosas. El 30 de
marzo, las tropas de Gossler ya habían sufrido 20.000 bajas y, aunque habían
ocupado el Bois de Malancourt, no habían conseguido ocupar completamente la
colina 304. Ese mismo día, las fuerzas atacantes en la orilla occidental fueron
reforzadas por el XXII Cuerpo de Reserva, pasando el mando de la ofensiva al
General Maximillian von Gallwitz, bajo en nuevo Angriffsgruppe West.
La llegada de
los refuerzos alemanes sirvió de revulsivo a las agotadas fuerzas de combate,
reanudándose la ofensiva con notable éxito. El día 31 de marzo cayó el pueblo
de Malancourt, el 5 de abril lo hizo Haucourt y Bethincourt el día 8.
También se
reactivó la ofensiva en la orilla oriental, ahora menos hostigada por la
artillería francesa, que había quedado silenciada en muchas de sus posiciones
occidentales. Los combates se volvieron extremadamente intensos en las
proximidades de la pequeña villa de Vaux. Los ataque alemanes consiguieron
conquistar Bois Caillette y cortar el ferrocarril entre Vaux y Fleury, cerca de
Fort Douaumont, aunque un fiero contraataque encabezado por la 5ª división de
infantería francesa pudo recuperarlo y mantenerlo abierto.
Soldados franceses huyen en el área de Vaux |
Los ataques
de marzo no habían conseguido grandes ventajas estratégicas a pesar de la
sorpresa inicial, ya que habían chocado con un enemigo obstinado, atrincherado en
posiciones defensivas muy sólidas. La artillería alemana había devastado las
posiciones defensivas francesas, pero no había conseguido impedir plenamente
que la artillería francesa continuase machacando a la infantería alemana, ahora
en ambos márgenes del río, ni que cortase continuamente las líneas de comunicación
alemanas entre sus baterías y la vanguardia, lo que dificultaba enormemente los
movimientos ofensivos germanos.
El avance
masivo en la orilla occidental había demostrado al mando alemán que capturar
los objetivos previstos podía no ser suficiente, ya que la falta de refuerzos o
el quedar expuestos al fuego artillero enemigo, terminaba, frecuentemente, con
el abandono de las posiciones que tanto había costado ganar, algo
incomprensible, cuando fue la táctica alemana utilizada durante las acciones
aliadas en Artois y Champagne contra los franceses, durante 1915.
Restos de soldados alemanes. Muerte en Verdún. |
El Köprinz
Willhelm clamaba sin cesar por conseguir refuerzos para su maltrecho 5º
Ejército, que estaba llevando el peso de la ofensiva. Con vistas al mes de
Abril, como hemos visto más arriba, quería reanudar la ofensiva en la orilla
oriental, donde era optimista sobre el desgaste de las fuerzas francesas; de
hecho, presentó un informe en el cual estaba seguro de poder avanzar durante
abril hasta la línea entre Thiaumont, Fleury, Fort Souville y Fort Tavannes,
mientras que esperaba pasar a la defensiva en la orilla occidental, donde,
especulaba, las fuerzas francesas serían destruidas cuando pasasen al
contraataque, por el puro peso del fuego artillero.
Aunque la
ofensiva continuó durante unos días, la demora de Falkenhayn en la respuesta no
albergaba buenas noticias. El 4 de abril, comunicó al 5º Ejército que los
franceses aun tenían una fuerte reserva de infantería y proyectiles de
artillería, y que no podían reemplazarse de forma continuada las pérdidas
sufridas por el ejército alemán, por lo cual, si fallaba en su nuevo intento
por ocupar las alturas del Mosa, se vería obligado a finalizar la ofensiva y a
aceptar la derrota.
LA TERCERA
FASE. LA LÍNEA DEL PÁNICO:
Prisioneros alemanes. Abril de 1916. |
A fin de
presionar a Falkenhayn para obtener refuerzos, el general Knobelsdorf, jefe del
destacamento de asalto oriental y jefe de estado mayor del 5º Ejército, envío
un informe al Comandante en Jefe alemán, indicando que, de no proseguir
inmediatamente el asalto, el 5º Ejército estaría obligado a retroceder hasta
sus líneas de partida de febrero. Se incluían en el informe la necesidad de
abandonar la práctica de la segunda fase, de realizar ataques tácticos
puntuales, requiriendo que era necesario volver a la teoría de la Gran
Ofensiva, atacando en una amplia área, fijando objetivos estratégicos, que
incluían toda la zona de las alturas del Mosa, desde Thiaumont a Fleury, Fort
Souville y Fort Tavannes.
Posición francesa frente a Douaumont. Barro y muerte. |
Las tropas francesas no paran de llegar al frente por la Voi Sacrée |
Durante la
segunda parte de abril, los contraataques franceses entre las poblaciones de
Douaumont, Vaux y el Mosa marcaron la tónica, obligando a los alemanes a buscar
refugio ante los proyectiles franceses y a emplearse duramente en defensa. La infantería
francesa sufriría grandes bajas sin conseguir ganancias relevantes de terreno,
aunque si que frenaron el ímpetu del asalto alemán, ahora enfangado en la
planificación de su tercera fase de la ofensiva.
General Robert Nivelle, comandante del 2º Ejército. Impulsivo e irreflexivo, tomó la ofensiva desde el primer momento |
En la orilla
occidental, tras un fuerte bombardeo con proyectiles de artillería y gases asfixiantes, el mismo 4 de mayo sería conquistada la cara norte de la Colina
304. Los franceses se negaban a aceptar la pérdida de posiciones relevantes,
por lo que iniciaron importantes contraataques entre el 5 y el 6 de mayo,
sufriendo terribles pérdidas sin conseguir ningún éxito. Aunque la artillería
alemana obligaría a los defensores franceses a retirarse de la cresta de la
colina 304, los alemanes fueron incapaces de ocuparla, ante el demoledor fuego
artillero francés sobre la misma. En el flanco izquierdo de Le Mort Homme, caía
Cummieres en manos alemanas, justo el día que los franceses comenzaban una
violenta contraofensiva en la orilla oriental.
Tras tomar el
mando del 2º Ejército, Nivelle ordenó al comandante de la 5ª división de
infantería, General Charles Mangin, preparar un ataque sobre Fort Duoaumont.
Las necesidades de tropas para un ataque serio eran excesivas para lo que
Nivelle podía permitirse, por lo cual, las fuerzas destinadas al asalto
estarían limitadas a una única división, la 5ª, con apoyo de la 34º en reserva.
Casamata móvil con piezas del 75. Fort Douaumont. Verano 2015. |
Sin embargo,
la situación de los franceses empeoraría rápidamente. De hecho, el bombardeo de
respuesta alemán trituró a los atacantes franceses, de tal suerte que, para el
inicio del asalto, a las compañías del 129º Regimiento de Infantería de la 5ª
división apenas le quedaba un 50% de su fuerza inicial (unos 1.000 hombres).
Posiciones francesas en Verdún. Tras la caída de Fort Vaux, el mando francés colapsó y ordenó ocupar la Línea de Pánico frente a la ciudad de Verdún. |
El maltrecho
129º Regimiento avanzó frente al fuerte, consiguiendo alcanzarlo en pocos
minutos, y accediendo al mismo con numerosas tropas, consiguiendo capturar
aproximadamente la mitad de los túneles al final del día 22. Sin embargo se
encontraban exhaustos y apenas podían mantener la presión. Por tanto, Mangin,
como jefe del asalto, decidió hacer intervenir a la 34º división, que mantenía
en reserva. A primera hora del día 23, la 34º división avanzó hacia el fuerte,
pero fue paralizada nada más salir de sus trincheras por un decisivo fuego
artillero alemán.
La artillería
alemana ocultó los movimientos de infantería que estaban realizando, y fuerzas
de reserva alemanas alcanzaron el fuerte, capturando a las tropas francesas en
su interior, así como a muchos de los que habían logrado otros objetivos durante
el ataque del día 22. En total, 1.000 franceses fueron capturados, y otros
5.000 fueron muertos o heridos. Los alemanes, por su parte, habían sufrido más
de 4.000 bajas totales. Fort Douaumont seguía en manos alemanas.
Fort Vaux, objetivo del asalto alemán del 31 de mayo. La defensa del fuerte será el acto central de la ofensiva. Conservado en la actualidad. Verano 2015. |
Fort Vaux
centraría la batalla durante la siguiente semana (en los apéndices de esta
entrada haré un detallado examén de la batalla por Fort Vaux y su heróica
defensa). El fuerte, que había sido triturado por la artillería alemana desde
el comienzo de la batalla, fue sobrepasado por cerca de 10.000 soldados
alemanes, que forzaron a los defensores exteriores a buscar refugio en el
fuerte. En su interior, a partir del 2 de junio, se inició un violentísimo
combate, con granadas de mano y lanzallamas, un combate por la supervivencia en
el que se vivió el auténtico paroxismo de la guerra de desgaste. Los alemanes
en el exterior estaban siendo machacados por la artillería francesa, mientras
que en el interior, la guarnición se batía como auténticos leones. Finalmente,
tras cinco días de tremendos combates, la capacidad de resistencia de los
defensores, aislados, sin agua ni suministros, se vino abajo. El Mayor Reynal
(ver apéndices) rendía el fuerte de Vaux el 7 de junio.
Área entorno al Fuerte de Vaux. La tierra herida. Los demoledores bombardeos a que ambos bandos sometieron la zona, la convirtieron un paraje lunar. Verano 2015. |
Los combates
continuarían en medio de infernales bombardeos que permitieron a los alemanes
avanzar poco a poco su posición. Los defensores franceses eran despedazados o
sepultados en sus trincheras. Literalmente, la tierra se elevaba del suelo
varios metros y volvía a caer, haciendo llover sobre los soldados que se
parapetaban donde podían tierra, metralla, cascotes y restos de sus compañeros.
En cierta
forma, la apertura de la Ofensiva Brusilov en el Frente Oriental, con los rusos
atacando decididamente la línea de las Potencias Centrales, obligó al mando
alemán a replegar alguna tropa, aunque también le obligaba a acelerar sus
operaciones. Falkenhayn dudaba en paralizar definitivamente la ofensiva, pero
los objetivos estaban tan próximos, que estaba dispuesto a forzar la máquina
hasta que fuese obligatorio el envío de tropas al Frente oriental.
Ataque con gases. |
Muerte en Verdún. Poilus al ataque. |
El día 24 de
junio, en el área del Somme, las fuerzas Anglo-francesas iniciaban una
gigantesca concentración de artillería, lo que alertó al mando alemán sobre la
inminencia de un ataque en la Picardía. Los franceses mandarían cuatro
divisiones a la zona, y los alemanes comenzaron a mandar refuerzos con vistas a
lo que parecía sería una gran ofensiva (la Batalla del Somme, que comenzaría el
1 de julio).
El 25 de
junio el General Knobelsdorf suspendió la ofensiva. Aun así, la batalla
continúo violentamente a lo largo del verano de 1916. La villa de Fleury
centraría los ataques y contraataques, cambiando dieciséis veces de mano entre
junio y agosto, y convirtiéndose en una villa fantasma, reducida a escombros
hasta sus cimientos.
La batalla de
Verdún continuaría durante cinco largos meses más, que veremos en la entrada
XXVI próximamente.
APÉNDICES ARTÍCULO XXIII:
Monumento Le Tranchée des Bayonets. Verano 2015. |
Siguiendo las directrices oficiales del Estado Mayor, de reducir al máximo las bajas, la artillería alemana laminó la zona, aplastando a los defensores bajo toneladas de proyectiles. Una de las compañías del regimiento, la número tres, había perdido 94 de sus 164 hombres en los bombardeos del día 11 de junio. Los 70 supervivientes fueron desplegados en una delgada línea de trincheras muy expuestas al fuego artillero. Este se incrementó aun más en la mañana del 12 de junio, de tal forma que la tercera compañía fue aniquilada hasta el último hombre.
En una de las
trincheras que ocupaban, fueron encontradas doce bayonetas, que sobresalían de
los montones de barro y tierra. Sus portadores habían sido literalmente
enterrados en vida por el fuego artillero. Hoy en día un monumento da
testimonio de la locura de la guerra, y presta cumplido homenaje a aquellos
hombres que murieron en su puesto, enterrados en vida.
II. FORT VAUX: Construido entre 1881 y 1884,
era uno de los fuertes más pequeños del sistema defensivo de Verdún, ya que tan
sólo podía albergar una pequeña guarnición de 150 hombres. Modernizado antes de
1914, añadiéndole capas adicionales de hormigón y nuevas piezas de artillería,
fue afectado por las disposiciones de Joseph Joffré del verano de 1915, de tal
suerte que al comienzo de la ofensiva alemana estaba virtualmente desarmado.
Tras la caída de Fort Douaumont sin oposición, los fuertes de la Región
Fortificada fueron nuevamente guarnecidos.
Les Poilus. Fort Vaux. Mayo 1916. |
Túneles de Fort Vaux. 2015. |
Casamatas interiores. 2015 La batalla se libro de posición en posición. |
El mayor
Raynal, ante los ataques con gases venenosos y el hedor a cordita que emanaba tras los
impactos de la artillería, había ordenado sellar todas las aperturas de
ventilación al exterior y apagar los ventiladores. Las tropas de asalto
alemanas consiguieron abrir varias brechas, por las que penetraron usando
lanzallamas, que abrasaban a los soldados franceses que trataban de oponerse;
ni los parapetos que se habían preparado en los corredores del fuerte se
salvaban de ser abrasados por el devastador fuego alemán. El fuerte corría
riesgo real de caer, con los alemanes avanzando con un enorme coste hacia la
casamata de Bourges, por un lado, y hacia la enfermería y las letrinas por el
otro, cuando Raynal ordenó encender los ventiladores y abrir algunas fuentes de ventilación exterior. El efecto fue un chorro de aire fresco, que impulsó el
fuego hacia sus manejadores, permitiendo a los poilus retomar sus parapetos y
rechazar el asalto alemán.
Interior de Fort Vaux. 2015 Una cruz refleja el punto donde se enterraba a los héroes caídos. |
El día 3 de
junio ya tuvo que racionar las existencias, limitándolas a un litro por soldado
y día. En las circunstancias en que se encontraban, encerrados en estrechos
corredores inundados de humo, las bocas se secaban rápidamente, y la tensión
del combate incrementaba la sensación de sed. Los alemanes continuaban
introduciendo más y más tropas en el interior del fuerte, y los franceses
continuaban rechazando ataque tras ataque, acumulando más y más bajas en cada
asalto.
Figura que representa el envío de Vaillant, "es mi última paloma". |
Restos de la Casamata principal de Vaux. Alcanzada por un proyectil de 420 mm disparado por el Gran Bertha, salto en pedazos. Verano 2015. |
El día 6 de
junio fue terrible para los defensores. Los túneles estaban repletos de
soldados agotados por la batalla y la sed. Además, el día antes los alemanes
habían capturado las letrinas, por lo cual comenzaron a aliviarse donde podían.
El hedor era insoportable; el humo, los cadáveres en descomposición, las
heridas que comenzaban a pudrirse, y las defecaciones hacían la existencia en
el fuerte una auténtica pesadilla. No había agua, por lo que hubo hombres que
comenzaron a beberse sus propios orines. Aun así, continuaban resistiendo, heroicamente.
El día 7 de
junio, Raynal decidió que sus hombres habían llegado al límite. El horror
pasado y la tortura de la sed no podían ser compensados con más días de agonía.
Ordenó a uno de sus oficiales, que hablaba alemán, que contactase con las
fuerzas de asalto. Tras cinco días de un horror inimaginable, Raynal rendía el
fuerte de Vaux.
La rendición de Fort Vaux. Raynal, tras cinco días de brutal enfrentamiento, con sus hombres agotados, sin agua, con escasos alimentos y municiones, rinde el fuerte. |
El día 11 de
junio, el mismísimo Príncipe Heredero, el Köprinz Wilhelm, recibió a Raynal,
homenajeándole al entregarle una daga de ingenieros. Se disculpó por no haber
encontrado su espada de oficial, algo complejo, ya que las únicas armas que
Raynal usó en el fuerte fueron su bastón de herido y su pistola.
Raynal y sus
hombres fueron liberados tras el armisticio, convirtiéndose en héroes para una
nación que tantos hombres había perdido.
Casamata de Bourges. Fort Vaux. Verano 2015. |
Hoy en día
Fort Vaux se conserva en su estado original, incluyendo los cañones de 75 mm en
la Casamata de Bourges, como monumento a los héroes de ambos bandos que
sucumbieron en ese tétrico lugar.
III.- LOS OJOS DE RAYNAL:
Sylvain-Eugene Raynal nació en la francesa ciudad de Burdeos el 3 de marzo de
1867, contando para el periodo de la batalla por Fort Vaux con 49 años.
El Mayor Raynal mandaba al comienzo de la guerra uno de los regimientos de tropas coloniales, en concreto el 7º regimiento de exploradores de Argel. A su mando fue herido levemente en el hombro por fuego de ametralladora, durante el mes de septiembre de 1914. Reincorporado a su unidad, fue nuevamente herido, esta vez gravemente, al ser alcanzado su puesto de mando por el impacto de un proyectil de artillería en diciembre de 1914. Pasó un largo periodo de convalecencia en el hospital, reincorporándose finalmente al frente el primero de octubre de 1915. Otra vez herido de gravedad, escasamente unos días más tarde, esta vez en una pierna, recibió la Legión de Honor. Incapaz de caminar sin ayuda de su sempiterno bastón, fue jubilado por el ejército, manteniendo sus galones y rango.
Sylvain-Eugene Raynal. |
Como hemos
contado más arriba, Raynal enfrentó la batalla con valentía y serenidad,
convirtiéndose en un ejemplo de heroísmo, confrontando finalmente, tras
terribles sufrimientos, la rendición de Fort de Vaux el 7 de junio de 1916 y su
posterior cautiverio.
Homenajeado
por el mismísimo Príncipe Heredero de los Hohenzollern, paso su periodo de
cautividad entre las ciudadelas de Mainz, Estrasburgo e Interlaken. Sería
liberado el 4 de noviembre de 1918, una semana antes del final del conflicto.
Firme creyente
de la paz, había seguido las teorías de Jaurés y militado en el Partido
Socialista, en defensa de los derechos civiles y la preservación de la paz en
Europa. Tras el asesinato de Jaurés, antes del inicio de la guerra (Jean Jaurés
comandaba el movimiento pacifista en Francia, y fue muerto a finales de julio
de 1914 por nacionalistas franceses, mientras tomaba un café en una terraza
parisina), cumplió con su deber como militar y patriota francés, confrontando
al monstruo que trataba de evitar: La Guerra.
En esta
fotografía, siendo ya Gobernador Militar de Mayence, tras la guerra, sus ojos
muestran el espantoso horror que vivió en los lúgubres corredores de Fort Vaux,
ojos que han visto de lo que es capaz el hombre, de la máxima crueldad y el mayor
sacrificio, los ojos que tienen aquellos soldados de infantería que han
afrontado la muerte más terrorífica, cara a cara, cruda, sin tapujos; aquellos que han
afrontado un horror inenarrable, el espantoso final de lo que más quieren, sus
compañeros que sufren y mueren a su lado.
Sylvain
Eugene Raynal fallecería el 13 de enero de 1939, evitando, por tanto, revivir
el horror vivido, que se reiniciaría tan sólo unos meses después con el
estallido de la Segunda Guerra Mundial.