Postal de propaganda mostrando a las naciones de la Entente y sus aliados. Estados Unidos. 1.917. |
*Bajo la presidencia del republicano Woodrow Wilson, el
gigante aun dormido, que económicamente comenzaba a destacar entre las naciones
mundiales, los Estados Unidos de América,
había llegado al convencimiento que su neutralidad en el sangriento conflicto
que se libraba en la vieja Europa, y
que ya sacudía diversos rincones del planeta, le rendía mayores réditos que
cualquier clase de intervención. Sin embargo, las naciones en guerra deseaban
el poder industrial americano de su lado, y tanto la Entente como las Potencias
Centrales movían sus propias marionetas, sus hilos ocultos que
pretendían influir en la opinión pública estadounidense, así como en sus
políticos y gobernantes, industriales y comerciantes, para atraerlos a su
propio bando. Entre todos los movimientos estratégicos, de espionaje y
contraespionaje, no hubo mayor error posible que el intento alemán por forzar
una agresión mejicana sobre el sur de Estados
Unidos, a fin de mantener entretenido al poder americano mientras los
ejércitos del Kaiser finiquitaban a las potencias de la Entente en Europa. El plan, como veremos, sería
descubierto, provocando la entrada americana en la guerra, cuando un telegrama
enviado por el Ministro de Asuntos Exteriores alemán, Arthur Zimmermann, al
gobierno mexicano, en el que les prometía importantes ganancias territoriales
de unirse a la causa de las Potencias Centrales, fue
interceptado por el Departamento de Inteligencia Británico, siendo publicado y
conocido para siempre como el “Telegrama Zimmermann”.
Veamos cómo
se desarrollaron los acontecimientos.
Contenido de la Entrada:
1. Estados Unidos, la Historia de una
potencia emergente.
2. Estados Unidos frente al conflicto mundial.
Preparación y pasos.
3. El Telegrama Zimmermann. El gran error del
Kaiser.
4. Declaración de Guerra e intervención.
1.- ESTADOS UNIDOS, LA HISTORIA DE UNA POTENCIA EMERGENTE:
Patrick Henry (1.775) "dadme la libertad o dadme la muerte". |
Cuando el 23 de marzo
de 1.775, Patrick Henry realizaba su famoso discurso “Dadme la libertad o dadme la muerte”,
nadie podía imaginar que Estados Unidos
podía llegar a convertirse en la Potencia Mundial que es hoy en día en poco más
de 150 años. Sin embargo, su caminar por los entresijos de la corta historia
que los contemplan, han jalonado la misma de muerte, sangre y guerras. La que
nos ocupa en la entrada de hoy, la Primera Guerra Mundial, está
considerada una de las guerra americanas, pero no la única. Caminemos por esa
historia brevemente, a fin de componer el lienzo que se llenaría de Barras
y Estrellas.
Tras el descubrimiento de América, España,
Francia
e Inglaterra,
principalmente, aunque también pequeñas naciones como Suecia, Holanda
o Portugal,
se lanzaron a la conquista de las nuevas posesiones de Ultramar. Francia
e Inglaterra
ocuparían la mayor parte del continente americano al norte de México,
dominado por España, llevando sus conflictos continentales hasta sus
colonias en América. A mediados del siglo
XVIII, ambos Imperios llevaron a cabo una intensa campaña bélica para asegurar
sus rutas comerciales y posesiones coloniales en el Canadá y la frontera con
lo que serán los futuros Estados Unidos. Inglaterra poseía un total de trece colonias en América del norte, que eran: Carolina del Norte, Carolina del Sur,
Connecticut, Delaware, Georgia, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva
York, Nuevo Hampshire, Pensilvania, Rhode Island y Virginia.
Línea de fuego francesa durante las luchas coloniales con los británicos, en las que participó la milicia americana. |
Las trece colonias aportaron su milicia colonial a fin de
apoyar al ejército regular británico, resultando finalmente la guerra en una
victoria, que llevo a Francia a
renunciar a sus posesiones en América.
Los colonos, cuya milicia había sobrellevado gran parte del
conflicto, sufriendo muchas bajas y perdiendo cosechas, comenzaron a solicitar
a la Corona Británica un mayor grado de autogobierno, que fue rotundamente
rechazado una y otra vez. Según fueron pasando los años del siglo
XVIII, la situación fue tensándose, con actos de rebeldía de los
colonos americanos, y sangrientas represalias británicas. Finalmente, el
discurso de Patrick Henry ponía a los colonos en estado de total rebeldía,
iniciándose un conflicto armado que, entre 1775 y 1783, sería conocido como
la Revolución
Americana. El 4 de julio de 1.776, la cámara
estatal creada por las trece colonias, y reunida en Filadelfia, aprobó un manifiesto que, redactado por Thomas
Jefferson bajo el título de “Declaración de Independencia”,
creaba, tácitamente, los Estados Unidos
de América.
El consiguiente conflicto con la corona británica, degeneró
en la creación del Ejército Continental americano, que, aun sufriendo algunas
derrotas, conseguiría imponerse a los británicos, merced a la ayuda exterior de
España y Francia. Tras la victoria de Yorktown,
donde el ejército continental, liderado por el General George Washington,
y apoyado por fuerzas francesas del Canadá,
derrotó de forma decisiva al ejército británico, se forzó la firma del Tratado
de Paz de París (3 de septiembre de 1.783) por el que la Corona
Británica reconocía la independencia de sus colonias americanas, realizando
importantes cesiones territoriales a Francia
y España.
La batalla de Yorktown (1.781) finalizó la Guerra de Independencia americana. En la imagen, el Ejército Continental se prepara para el asalto. |
George Washington sería elegido primer presidente de la nueva
nación, en realidad una confederación de estados que, merced a la Constitución
redactada y presentada al Congreso Continental el 17 de
septiembre de 1.787, mantenían una suerte de independencia, sometida a
un gobierno federal que era el encargado de hacer cumplir las leyes aprobadas
en la nueva Constitución. Sin embargo, no sería hasta 1.812, cuando el destino
de la incipiente nación comenzó a ser obvio. Durante el periodo que podríamos
conocer como del “Destino Manifiesto”, frase acuñada por el periodista John
L. O’Sullivan en 1.845, Estados Unidos determinó que la nación debía crecer, imponiendo su
dominio sobre las posesiones europeas y la desconocida llanura existente entre
el Océano Atlántico y el Pacífico. Tras derrotar nuevamente a
los británicos en la guerra de 1.812,
y renunciar al expansionismo hacia el norte, los americanos comenzaron una
campaña por colonizar el lejano oeste y arrebatar a España y a sus vecinos mejicanos los territorios al norte del Rio Grande. Fruto de esta doctrina
fueron los conflictos con México de 1.845 a 1.848, que acabó, tras el conocido sitio de la misión de El Álamo, y la derrota de las fuerzas
mejicanas, con la creación de la República
de Texas, y su integración en la confederación de estados americanos, así
como la invasión del territorio español de La
Florida (1.821). La doctrina sería adoptada y ampliada por el presidente
Monroe en 1.817, bajo el concepto de “América para los americanos”
e incorporada a la Constitución del país, permitiendo de esa forma la intervención
del ejército americano en cualquier punto en que se considerase que sus
intereses y seguridad eran amenazados.
Este periodo expansionista duró hasta que los estados
comenzaron a tener problemas internos, con el tema de la esclavitud y la
intención de los ricos estados del norte de imponer su modelo económico como
telón de fondo. Estados Unidos
estaba creciendo utilizando una cada vez más abundante inmigración europea;
irlandeses, escoceses, alemanes, italianos, españoles, … emigraban a Estados Unidos, con la esperanza de ser
propietarios de esas tierras ricas en oro que se prometían en el oeste. El
ferrocarril comenzaba a vertebrar la nación, pero el asunto de la esclavitud
amenazaba con romper la armonía reinante.
Abraham Lincoln lideró a los partidarios de la emancipación de los hombres de color, que acabaría ocasionando el conflicto civil entre el Norte industrial y el agrario Sur. |
En 1.860, los republicanos, que
dominaban las cámaras de representantes, liderados por Abraham Lincoln, lanzaron
una campaña en apoyo de la idea que promulgaba la prohibición de la esclavitud
en los treinta y cuatro estados que, en aquellos momentos, componían la Unión.
Si la emancipación de los esclavos se llevaba a cabo, las economías agrarias de
los estados más sureños, dedicados al cultivo de hortalizas y, especialmente, a
la exportación de algodón a las naciones europeas, se vendrían abajo. Por
tanto, cuando los candidatos republicanos fueron elegidos con el 82% de los
votos, siendo nombrado presidente Lincoln, siete de los estados
sureños decidieron emprender el camino por su cuenta, votando la secesión de la
Unión,
agrupándose en la Confederación de los
Estados del Sur, negando la legalidad del gobierno federal y nombrando a
sus propios representantes. El presidente saliente, James Buchanan, y el
entrante, Abraham Lincoln, declararon ilegal la secesión, pero los
estados del Sur se reafirmaron en la misma. Seguros del apoyo de sus clientes,
las naciones europeas, y especialmente, Francia
e Inglaterra, los confederados
reclutaron un ejército y asaltaron el Fuerte
Sumter el 12 de abril de 1.861. Así comenzaba la sangrienta Guerra
Civil Americana, que se alargaría durante cinco costosos y sangrientos
años.
La Guerra Civil Americana (1861-1865), también llamada de Secesión, enfrentó a los estados en un sangriento conflicto. |
El poderoso norte se había industrializado rápidamente,
iniciando técnicas de producción en masa, y tenía mano de obra de sobra,
contando con los miles de inmigrantes que, día a día, llegaban a la Isla de Elis, en Nueva York. Sin embargo, los oficiales del ejército de la Unión
eran, en muchos casos, políticos elevados al rango de general por adquisición
del mismo, como el lamentable general Georges B. MacClellan. Aun cuando la
potencia de las armas dio las victorias iniciales a los federales, llevándoles
a las puertas de la capital de la Confederación,
Atlanta, el electo presidente
confederado Jefferson Davis, decidió dar un giro a la confrontación,
eligiendo como General al Mando de los ejércitos de Virginia al veterano Robert E. Lee. La inteligencia de Lee,
le permitió seleccionar a los más valiosos y mejores oficiales para dirigir a
sus hombres. Militares profesionales, como Thomas Jackson, que será conocido
como “Stonewall”, dirigirán al Ejército de Virginia a una sucesión
de victorias camino del norte, preservando su pequeño y bien preparado
ejército, hasta que entre el 1 y el 4 de Julio de 1.863, un error de
cálculo de Lee le obligaría a presentar batalla junto a la pequeña
localidad de Gettysburg. La
consiguiente carnicería, la escasez de municiones de artillería y la pérdida de
oficiales, obligaría al Ejército de Virginia a replegarse.
Desde ese momento, una serie de sangrientas batallas, ya vestidas de
modernidad, donde la artillería y los rifles marcarán el devenir de una nueva
guerra que los generales europeos negarán hasta el conflicto mundial que nos
ocupa. En cinco años de conflicto, que acabaran con la rendición de la Confederación y la reintegración de los
estados a la Unión, perecerán más de
un
millón de hombres.
Consecuencia de estos largos y duros años de conflicto, será
una nación que crecerá con fuerza sobre las cenizas de la guerra; la
industrialización, auspiciada por el norte de la Unión, cobrará una gran
energía, y la flota y ejército americanos se desarrollarán rápidamente.
Derrotada la rebelión, el gobierno americano miró nuevamente al oeste,
volviendo a la doctrina del Destino Manifiesto; se establecieron
rutas comerciales entre el este y el oeste, vertebrando el país con una densa
red ferroviaria; se exterminó a los indígenas, ocupando sus tierras y
confinándolos a reservas donde no estorbasen el progreso; se emancipó a los
esclavos negros, aunque seguirían siendo ciudadanos de segunda categoría
durante muchas décadas. Se crearon grandes urbes en el oeste, al estilo de Boston, Atlanta, Nueva York, Washington y Filadelfia.
Tropas americanas durante la guerra con España. Cuba 1.898 |
Cuando el país estuvo estabilizado internamente, el gobierno
decidió proceder a aplicar la Doctrina Monroe, y establecer su
lugar en el mundo, al estilo de los imperios colonialistas europeos de finales
de siglo
XIX. Bajo la presidencia de William McKinley, Estados Unidos inicia su primer gran
conflicto contra un poder extranjero. El hundimiento, aparentemente accidental,
pero atribuido al ejército español, del buque de guerra americano Maine,
permite a McKinley declararle la guerra a España; según la Doctrina Monroe, que exponen como
bandera, Estados Unidos tiene
derecho a intervenir en las áreas que considere de su influencia, y ataca a España en Cuba y Filipinas,
derrotándola rápidamente y estableciendo protectorados sobre las posesiones
españolas. Estados Unidos cobra su
lugar en el mundo como un poder emergente, ampliando sus miras con los
movimientos colonialistas del sucesor de McKinley, asesinado en 1.901.
Theodore
Roosevelt buscará afianzar la posición de Estados Unidos, participando activamente de los movimientos
colonialistas en África, América y Asia. Desarrollaría el comercio, construyendo el Canal de Panamá y garantizando su
explotación por parte americana. Su estatus mundial quedaría reflejado al ser
la parte negociadora de las condiciones de paz de la guerra ruso-japonesa de 1.905.
Theodore Roosevelt, tras impulsar el peso internacional de Estados Unidos, perdería su reelección con Woodrow Wilson |
Estados Unidos
volvería a asegurar sus fronteras, invadiendo México dos veces más en 1.914 y 1.916. El nuevo
presidente Woodrow Wilson (28º presidente de los Estados Unidos), estaba decidido a mantener a los estadounidenses
alejados del conflicto europeo, por lo que decidió mirar hacia el interior y
asegurar sus fronteras. Ordenó al ejército americano, dirigido por el General
Pershing, realizar expediciones de castigo, primero en 1.914
para ocupar Veracruz y evitar así la
entrega de armas al ejército mejicano, y, posteriormente, en 1.916,
persiguiendo al bandido Pancho Villa.
Sin embargo, era cuestión de tiempo que la guerra europea
tocase a Estados Unidos, tiempo y
ganar unas elecciones.
2.- ESTADOS UNIDOS FRENTE AL CONFLICTO MUNDIAL. PREPARACIÓN Y PASOS:
El 28º presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson. Se vería obligado a afrontar el conflicto mundial tras el Affaire Zimmermann. |
Estados Unidos
mantenía acuerdos de comercio con ambos contendientes, la Entente y las Potencias
Centrales, por lo que el choque entre ambas inversiones era obvio y
pronto se vio reflejado en los esfuerzos diplomáticos americanos. El primer enfrentamiento
importante se produjo cuando el Imperio Británico decidió imponer un
bloqueo naval completo a las importaciones y exportaciones alemanas, lo
que originó las protestas americanas, cuyas empresas mantenían negocios con Alemania. Las protestas acabarían con
garantías de mayores inversiones británicas en los negocios perjudicados, lo
que derivaría en un incremento de la ayuda americana a las naciones de la Entente
y, especialmente, en el Imperio Británico.
El hundimiento del RMS Lusitania por parte del submarino U-20 alemán, el 7 de mayo de 1.915, volcó a la opinión pública americana contra Alemania. Aun así, estaban lejos de unirse al conflicto. |
Cuando el Almirantazgo alemán declaró la
guerra submarina sin restricciones, a comienzo de 1.915, los buques de recreo comenzaron a ser atacados. El hundimiento
del RSM Lusitania, un trasatlántico británico de lujo, cerca de las
costas inglesas, el 7 de mayo de 1.915, supuso un punto de inflexión en la posición
americana hacia el conflicto. En el mismo, murieron 128 ciudadanos americanos,
lo que suponía un atentado directo sobre los Estados Unidos.
Los submarinos del Kaiser harían una labor que sería vista como piratería por muchos convencidos belicistas en los Estados Unidos. |
Todo era un juego para intentar atraer a la opinión pública
norteamericana hacia las posiciones de neutralidad, por un lado, o intervención
a favor de la Entente, por el otro. Pesarían mucho en este aspecto ciertos
incidentes que se produjeron durante 1.916, como las explosiones
accidentales en instalaciones en Jersey
City y New Jersey, de las que se
sospechaba que eran acciones de sabotaje alemán. Consecuencia de ello sería un
gradual cambio de actitud de una sociedad americana, abiertamente anti
militarista a comienzos de 1.914, y que comenzaba a ver con
buenos ojos el detener al “huno” en 1.916.
El movimiento feminista se opuso fieramente a enviar a sus varones al conflicto. Desfile de 1.912. |
Roosevelt (Theodore) participó en la creación de un grupo de partidarios de la preparación para la guerra. La situación fue hábilmente manejada por Wilson, para reducir el impacto del ex presidente. |
El ejército americano apenas estaba preparado para una guerra moderna. En la foto, el General Pershing pasa revista a las tropas. |
Inteligentemente, Wilson decidió, según avanzaba el
tiempo y la opinión pública comenzaba a cambiar su opinión, adoptar algunas
de las medidas propuestas por el bando republicano, incrementando las reservas
del Banco
Federal, e iniciando un programa para la intensificación de la
fabricación de municiones, lo que despertaría fieras críticas desde el bando de
los antibelicistas. El debate nacional estaba abierto.
Muchos materiales fundamentales para armar al ejército
americano en caso de conflicto bélico, fueron adquiridos subrepticiamente
por la administración americana, ocultando la operación usando a contratistas
civiles. Miles de uniformes, caballos, carromatos y camiones, fueron comprados,
mientras públicamente el gobierno Wilson clamaba por el mantenimiento
de la neutralidad. La oposición a cualquier medida de los líderes pacifistas, Jane
Addams y David Starr Jordan, sirvieron para que las clases trabajadoras
y las zonas rurales mantuviesen una firme oposición a romper el estatus de
neutralidad que los Estados Unidos
mantenían.
Wilson afrontaba el año decisivo para su reelección, 1.917,
sin tener garantizada la misma; sus planes y apuesta por la neutralidad iban a
sufrir una durísima prueba en enero de ese año. Alemania decidió reanudar la guerra submarina sin restricciones,
forzando la airada respuesta americana. La situación se tensó hasta el máximo,
la neutralidad pendía de un hilo, que se rompería con fuerza cuando el Caso
Zimmerman vio la luz.
3.- EL TELEGRAMA ZIMMERMANN. EL GRAN ERROR DEL KAISER:
El original que llegó a la embajada alemana en México. El Telegrama Zimmermann. |
Por ello, el Kaiser decidió mover ficha,
ordenando a su oficina de asuntos exteriores, a cuyo cargo se encontraba Arthur
Zimmermann, secretario de estado para asuntos internacionales, iniciar
una serie de movimientos que sirviesen para provocar la intervención del
ejército mexicano, cuyo gobierno estaba abiertamente enfrentado con el
americano, y que había visto su nación invadida por dos veces en los últimos
años, sobre los Estados Unidos de
América, lo que les obligaría a mantener su ejército alejado de la guerra
europea al menos durante un año, tiempo que estimaba necesario para finalizar
el conflicto a favor de Alemania.
A tal efecto, Zimmermann envió en enero de 1.917 una comunicación secreta
al gobierno
mexicano, proponiéndoles una alianza militar en el caso que Estados Unidos entrase en el conflicto
en contra de Alemania, y
garantizándoles, como pago por la ayuda, los territorios americanos de Texas, Arizona y Nuevo México.
Hindemburg tenía pensado reanudar la Guerra Submarina sin Restricción
el primer día de febrero de 1.917. Por tanto, siguiendo el plan del Kaiser,
el 19
de enero Zimmermann envió un telegrama codificado al embajador alemán
en México, Heinrich von Eckardt. El
telegrama contenía las siguientes instrucciones que Eckardt debía hacer
llegar gobierno mejicano:
“Alemania reanudará la guerra submarina sin
restricciones el primero de febrero. Tenemos la tarea de mantener la
neutralidad de los Estados Unidos. En el caso que esto no ocurriese, harems a
México una proposición de alianza con las siguientes bases: Hacer la guerra
conjuntamente, firmar la paz conjuntamente, una generosa ayuda financiera y
hacerles comprender que por nuestra parte México puede reconquistar los
territorios perdidos de Texas, Nuevo México y Arizona. Otros detalles corren de
su cargo. Informará al Presidente de la información proporcionada de forma
secreta en el momento que la entrada en guerra de los Estados Unidos de América
sea cierta, y añada la sugerencia de que se podría, por su propia iniciativa,
invitar a Japón a adherirse al acuerdo de forma inmediata y al mismo tiempo que
mediase entre Japón y Alemania. Por favor, haga notar al Presidente que el
hecho de emplear con dureza nuestros submarinos nos ofrece la posibilidad de
obligar a Inglaterra a pedir la para en pocos meses.
Firmado: Zimmermann”.
Arthur Zimmermann. Ministro de Asuntos Exteriores alemán en 1.917 |
Para dar mayor secretismo al mensaje, Zimmermann decidió
enviarlo evitando las rutas regulares, y tratando de confundir a los espías
internacionales, al hablar públicamente de una transmisión a través de tres
rutas. La realidad es que se usaría el cable diplomático, a través de las
embajadas en Copenhague y Londres, para llegar a la embajada
alemana en Washington. El telegrama
sería interceptado por el servicio de espionaje británico. Se hizo saber que este mensaje contendría
material relativo a una propuesta de paz para el Presidente Wilson.
Durante el paso de la transmisión por Inglaterra,
esta fue interceptada por la Inteligencia Británica, siendo
puesto en manos de los analistas de códigos del servicio de espionaje de la Armada
británica, denominado con el nombre clave “Room 40”, para intentar
descodificarlo.
Cuando Zimmermann conoció que su conexión
de cable había sido suspendida, recurrió a los americanos, solicitándoles utilizar
su línea de cable diplomático, lo que permitirían a condición que los mensajes
no fuesen codificados. Esta situación no interesaba especialmente a los planes
de Zimmermann,
quién, alegando problemas de seguridad, conseguiría convencer al embajador
americano en Berlín, James
W. Gerard, de realizar al menos una transmisión codificada, que
acabaría realizándose el 16 de enero.
El 17 de enero, el “Room
40”, encabezado por Nigel de Grey, ya había conseguido
descodificar parcialmente el mensaje, usando el conocimiento de la clave
alemana obtenido tras descodificar positivamente parte de los documentos
cifrados capturados durante la campaña de Allenby en Mesopotamia, y usando parte del cifrado obtenido de los restos del SMS
Magdebourg, hundido por los rusos. El contenido del mensaje hizo ver
claramente a De Grey que su publicación podría volver a la opinión pública
americana contra Alemania, si
conseguían convencer a los americanos de que el telegrama era auténtico.
El 19 de febrero de 1.917, el telegrama
fue entregado a Edward Bell, secretario de la Embajada Americana en Londres. Tras un periodo de
incredulidad, Bell se convenció de la autenticidad del documento y permitió
su tramitación. El 20 de febrero, el documento llegaba al embajador Walter
Hines Page, que se reuniría con el Ministro de Asuntos Exteriores
británico, Arthur Balfour, el día 23, solicitándole el cifrado para su
comprobación, tanto el original en alemán como su traducción al inglés. Page
comunicó directamente con el gabinete del Presidente Wilson, enviándole
urgentemente toda la documentación relevante, incluyendo los detalles que había
usado Bell para verificar la autenticidad del mensaje.
El famoso cartel del "Tío Sam" que llamaría a los jóvenes americanos al alistamiento. |
Nada impedía ya al presidente Wilson romper la promesa
a sus electores de neutralidad; nada podía oponerse a que los Estados Unidos se uniesen a la sangría
que estaba suponiendo la Primera Guerra Mundial.
4. DECLARACIÓN DE GUERRA E INTERVENCIÓN:
El presidente Wilson no tenía otra posibilidad.
Sus intentos por mantener la neutralidad americana en el conflicto europeo, que
ya había degenerado en una auténtica guerra mundial, habían fracasado; o mejor
dicho, los esfuerzos británicos por añadir a sus antiguas colonias a la guerra
en su favor, habían fructificado. La colaboración del torpe servicio de
inteligencia alemán había sido fundamental, pero el objetivo estaba logrado; Wilson
estaba entre la espada y la pared, Estados
Unidos tenía un Casus Belli contra Alemania
y la opinión pública reclamaba su ejecución.
Las oficinas de reclutamiento vieron superadas las expectativas. Cuatro millones de voluntarios debían ser entrenados en un tiempo record. |
Estados Unidos,
en cualquier caso, se unía a la Entente
en el peor momento posible. La revolución de febrero había supuesto el ocaso
del Zar
en Rusia, que amenazaba con dejar la
guerra si los bolcheviques alcanzaban el poder. Las ofensivas italianas habían
fracasado estrepitosamente, y las ofensivas aliadas en Francia lo harían pocas semanas después, convirtiendo la primavera
de 1.917 en una pesadilla para las armas de la Entente. Además, las
fuerzas de la armada y ejército americano apenas sumaban 250.000 hombres, una
cifra ridícula para un conflicto que consumía a los seres humanos por
centenares de miles; sólo en la Ofensiva Nivelle, los aliados perderían
cerca de 400.000 hombres en poco más de 4 semanas.
Por ello, se llamó rápidamente a una rápida movilización de
la Guardia
Nacional, y a la presentación de voluntarios que permitiesen al
ejército alcanzar el medio millón de hombres.
El General John J. Pershing llega a Francia. El dirigirá a los más de dos millones de soldados americanos que cambiarán la faz del conflicto. |
Se creó un departamento para el control de la comida, bajo
la tutela de Herbert Hoover, quién lanzaría una masiva campaña a favor de la
economía de guerra, organizando todo el sistema productivo y distributivo de
alimentos en Estados Unidos. También
se inició un lento programa de propaganda, en un intento de convencer a la
población americana de alistarse en el ejército. El Comité de Información Pública,
bajo la supervisión de George Creel, reclutó a miles de
líderes comunales, importantes industriales, deportistas y políticos, que
iniciaron una campaña de discursos y captación de financiación y alistamiento.
Se realizaron carteles publicitarios que llamaban a la movilización, y se usó
ampliamente el cinematógrafo para transmitir la angustia de los aliados y la
necesidad de frenar a los alemanes.
Entrenamiento del cuerpo de Marines. Francia 1.918. |
A las fuerzas del ejército americano, que serían dirigidas
por el general John J. Pershing, se unirían varios regimientos de marines,
fuerzas de élite de la Marina, que serían las únicas
unidades americanas veteranas en el primer envío de fuerzas, y que se batirían
duramente en lugares que pasarían a la historia, como Château-Thierry, Belleau
Wood o Séchault.
Soldado americano. 116.000 de ellos murieron en combate. |
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