Preludio al Apocalipsis - Muerte en Verdún |
Sin
embargo, Falkenhayn desató el Apocalipsis, abrió las puertas del infierno y dio
a conocer un nuevo concepto de guerra, tan innovador como inútil, que llevaría
a los hombres a una suerte de locura colectiva en la que el objetivo sería,
única y exclusivamente, la aniquilación total del enemigo.
Mapa con las operaciones a lo largo de la batalla. El artículo trata las fases 3ª y 4ª alemanas y el contraataque francés. |
Tropas bávaras atacan Fort Douaumont en febrero 1.916 |
Por
tanto, el Könprinz ordenó a sus generales cambiar de estrategia, avanzando en
masa contra las colinas de la orilla occidental. El ataque alemán sorprendió a
los franceses, masacrados en las alturas de las colinas 304 y Le-Mort-Homme,
pero como en otras ocasiones, la batalla se estancó, y los refuerzos franceses
contuvieron la marea, forzando a los alemanes a atrincherarse. Las bajas eran gigantescas
en ambos bandos; los franceses, desmoralizados, estuvieron a punto de venirse
abajo, pero la llegada de un nuevo comandante al sector, en la figura del
apreciado general Philippe Petain, y su idea de hacer que todo soldado francés
pasase por el frente de Verdun, en un sistema cíclico de reemplazos que
permitió crear un sentimiento de sacrificio entorno al viaje por la Vié Sacrée
que llevaba al campo de batalla, les permitió mantenerse en pie, creando un
vínculo entre los soldados que les permitiría soportar los momentos más
críticos, que estaban aun por llegar.
Rendición del fuerte de Vaux. 7 de Junio de 1.916. |
Era la
parte final de la tercera fase de la ofensiva alemana. El cuatro de junio,
Brusilov desencadenaba su ofensiva en el este, provocando la retirada de
refuerzos alemanes del frente de Verdun. El veinticuatro de junio los cañones
británicos cubrían de acero el Somme, preparando la ofensiva aliada en la
Picardía. Para entonces, 200.000 alemanes y 185.000 franceses habían caído en
el infierno de Verdun. Restaba el Apocalipsis.
Contenido de la Entrada:
1.
La Tercera Fase. Parte final. El primer asalto a Fleury y
Fuerte Souville.
2.
La Cuarta fase ofensiva alemana. La Batalla por Fuerte
Souville y Fleury-Devant-Douaumont.
3.
La reconquista. La primera batalla ofensiva francesa en
Verdun.
4.
El final. La segunda batalla ofensiva francesa en Verdún.
5.
Consecuencias de la batalla de Verdun.
6.
Apéndices II.
a.
No Woman’s Land. Nicole Gerard-Mangin.
b.
El Señor Diputado. Emilie Driant.
c.
El viajero de la Historia. El campo de batalla hoy.
LA TERCERA FASE. PARTE
FINAL. EL PRIMER ASALTO A FLEURY Y FUERTE SOUVILLE:
Poilus franceses se refugian del bombardeo. |
El
miércoles 21 de junio de 1.916, el mismo día que se cumplían los primeros cinco
meses de combates, tres de los cuerpos de infantería del ejército dirigido por
el heredero al trono alemán, 60.000 hombres, retomaron los combates, en
preparación de la gran ofensiva de finales de junio, que debería comenzar el
día 23. Como siempre, el ataque vino precedido de un voluminoso bombardeo
preliminar, que no consiguió eliminar las defensas francesas; aun cuando en
algunos puntos hubo rendición de los supervivientes, en la mayor parte del
frente atacado, los franceses aguantaron la tormenta de fuego y esperaron a la
infantería alemana con sus ametralladoras preparadas. El ataque fracasó
prácticamente por completo, consiguiendo tan sólo algunos poco consistentes éxitos
entre los fuertes de Vaux y Tavannes.
Restos de un soldado alemán en Fleury-Devants-Douaumont |
El
viernes 23 de junio de 1.916, la infantería del Könprinz avanzó en masa, sin
ser estorbada por los cañones franceses. Aun cuando los alemanes consiguieron ganancias
importantes en algunos puntos, el avance sobre el objetivo principal del
ataque, Fuerte de Souville, fracasó completamente. Únicamente la fortificación
de Thiaumont cayó, permitiendo que la mitad nororiental de la población de
Fleury-Devant-Douaumont fuese ocupada. Este último éxito permitía a los
alemanes un punto importante para iniciar operaciones posteriores, creando una
cuña en las defensas francesas.
Mediada
la mañana del día 22, la artillería francesa comenzó a dar señales de vida. Sus
proyectiles comenzaron a caer sobre Fleury, donde ambos bandos se encontraban
enzarzados en un violento combate cuerpo a cuerpo, no distinguiendo entre
amigos o enemigos a la hora de repartir metralla. El puesto de mando francés de
Quatree Cheminees, en Fleury, fue conquistado por los alemanes a media tarde.
Aunque la mayor parte de la población quedaba en sus manos, el alto mando
alemán estaba disgustado; el ataque había fracasado nuevamente, y las tropas
empleadas habían sufrido gravísimas pérdidas.
Restos de Fleury. La pequeña población fue aplastada por el despliegue artillero de ambos bandos. |
El pánico cundió entre las filas francesas. Retirada cerca de Vaux. |
A
pesar del pánico, la llegada de las nuevas divisiones coincidió con noticias
que indicaban que las unidades de la línea de frente habían contenido el avance
alemán. Las unidades de primera línea, combatieron como leones; la mayoría de
los oficiales habían muerto; desaparecidos estos, los suboficiales tomaron el
mando, y cuando murieron, los soldados rasos decidieron aguantar el apocalipsis
sin dar un paso atrás. La crisis había pasado.
El alto mando francés envió al General Mangin (de pie en la trinchera) para estabilizar el frente. |
El combate en Fleury fue brutal, y no fue raro encontrar junto los cuerpos de enemigos, que se habían aniquilado en las sangrientas refriegas cuerpo a cuerpo. |
LA CUARTA FASE OFENSIVA
ALEMANA: LA BATALLA POR EL FUERTE DE SOUVILLE Y FLEURY-DEVANT-DOUAUMONT:
El Fuerte de Souville sería el objetivo primordial del último intento alemán por romper el estancamiento. |
El
plan de Knobelsdorf incluían una enorme concentración artillera y el empleo de
más de 60.000 proyectiles de gases, en un frente muy estrecho, asaltando entre
el Bois de Chapitre y Fleury, con dirección al Fuerte de Souville, apoyado por
un ataque de diversión cuyo objetivo era aproximarse hacia el fuerte de
Tavannes, al sureste.
El
Fuerte Souville dominaba una cresta situada a un kilómetro al suroeste de
Fleury, y estaba considerado un objetivo fundamental desde el comienzo de la
Operación Gericht. La captura de esta vital posición, daría a los alemanes el
control de las alturas sobre el Mosa y Verdún, permitiendo a la infantería
atrincherarse en una posición elevada y a la artillería dominar todo el valle
del Mosa, lo que tácticamente, supondría la rendición de la ciudad.
Tropas francesas esperan el asalto alemán cerca del Bois de Chapitré. Los 300.000 proyectiles alemanes apenas consiguieron resultados sobre los bien parapetados defensores. |
Aun
así, tropas del 140º regimiento de infantería consiguieron alcanzar la
superestructura del fuerte de Souville, durante los combates del día 12; tan
sólo treinta hombres, de los 200 que iniciaron el asalto, consiguieron escalar
al techo, en un intento de enfrentarse con las casamatas que lo defendían, sólo
para resultar exterminados por un decidido contraataque francés. La confusión
reinaba entre los atacantes, que no esperaban tan fiera resistencia; los regimientos
de cabeza se retiraban ante la imposibilidad de avanzar, mezclándose los
heridos con los refuerzos que llegaban constantemente a la primera línea,
creando un espectacular caos que perjudicaba seriamente las opciones de éxito
del ataque.
El General Robert Nivelle, considerado el Héroe de Verdun, prendió una frase en los corazones de los defensores: "No pasarán". |
Cuando
el ataque se detuvo, el 15 de julio, tras un contraataque francés, dirigido por
el enérgico general Mangin, que sólo sirvió para engordar la cuenta del
carnicero, los alemanes apenas habían podido consolidar un avance de medio
kilómetro en dirección al fuerte; las buenas noticias provenían de Fleury, que
había sido ocupada completamente, y esperaba refuerzos procedentes del fuerte
de Douaumont. Este éxito, aunque escaso, haría creer al mando alemán que la
ruptura del frente aun era posible.
Sin
embargo, la falta de refuerzos y suministros obligó a Knobelsdorf a acordar con
el Könprinz una parada de las operaciones para reorganizar sus debilitadas
unidades. El avance hacia Fuerte Souville no parecía posible en las actuales
circunstancias, por lo que decidieron cambiar su línea de avance principal.
Atacarían violentamente el ala izquierda, entre Fleury y el fuerte de Tavannes,
lo que les permitiría recuperar el reducto de Thiaumont y ampliar su frente,
para, en una segunda fase, atacar Souville desde el frente y el flanco.
Tropas de choque alemanas preparadas para el asalto. |
Para
entonces, en el cuartel general alemán en Stenay, Falkenhayn valoraba suspender
por completo la ofensiva de Verdún. No se observaban opciones de romper el
estancamiento, y las tropas estaban escasas de artillería y munición, que era
requerida por otros frentes. Además, los hombres estaban agotados, tras meses
de combate constante, sometidos a graves privaciones y soportando un tipo de
combate absolutamente infernal. Aun así, la batalla continuaba; el flanco
derecho alemán, entre Fuerte Souville y el reducto de Froideterre, un área
convertida en un barrizal por las constantes explosiones de la artillería y las
lluvias de mediados de agosto, fue objeto de violentos contraataques de ambos
bandos, que no llevaron más que a dejar el terreno cubierto de cadáveres
insepultos y de hombres heridos que gemían de dolor sin que pudiesen ser
atendidos. Muchos heridos morían de sed o desangrados tras días sin poder ser
rescatados.
El contraataque francés de agosto fue tan desastroso como los ataques alemanes. En la foto, tropas coloniales avanzan entre explosiones de la artillería alemana. |
Paul von Hindemburg (izquierda) y Erich von Ludendorff (derecha), sustituyeron en el mando general del ejército alemán a Falkenhayn el 29 de agosto de 1.916 |
La
ofensiva alemana había finalizado. Ludendorff cursó órdenes para suspender el
envío de refuerzos ofensivos y limitar los suministros a la zona, dando por
derrotado el esfuerzo que las tropas alemanas, a costa de más de 200.000 bajas,
habían desarrollado en la Región Fortificada de Verdún, durante los últimos
siete meses.
LA RECONQUISTA. LA PRIMERA
BATALLA OFENSIVA FRANCESA EN VERDÚN:
El
reemplazo del mando alemán se realizó de forma completa. No sólo Falkenhayn,
quién sería destinado, a modo de represalia, al nuevo frente rumano, al frente
del IX Ejército, lo que suponía de facto una degradación de su autoridad, si no
que también el General Knobelsdorf, a quién el Könprinz culpaba del fracaso en
el ataque sobre Verdún, fue relevado. El heredero al trono alemán también
consiguió que su ejército dejase de desangrarse, al ejecutar Ludendorff su
petición de paralizar la ofensiva alemana.
Sin
embargo, los franceses no consideraban que la batalla hubiese finalizado. El
orgullo herido por la pérdida de más de un cuarto de millón de hombres, y de
símbolos tales como los fuertes de Douaumont y Vaux, eran auténticas bofetadas
en el honor de Francia, que debían ser recuperadas a cualquier coste. Durante
septiembre mantuvieron la presión, sin obtener resultados, como vimos
anteriormente.
Tropas marroquíes en la estación de París. Las tropas coloniales reforzarán el frente de Verdún para la ofensiva francesa. 70.000 musulmanes morirán en los combates. |
El descanso vino bien a los contedientes. Los franceses recibieron con alegría a las tropas coloniales. En la imagen, con un soldado senegalés. |
Batería ultrapesada de 400 mm. francesa en acción. |
Parecía
que los generales de ambos bandos se ponían de acuerdo en el día, de forma
macabra o ritual, ya que el 21 de octubre de 1.916, ocho meses después del
inicio de la batalla, el ejército francés pasaba a la ofensiva. A primera hora
de la mañana, varios aviones de observación surcaron el cielo sobre el frente
de batalla. Entre los pilotos se encontraba el que más tarde sería reputado
cineasta francés, Jean Renoir; desde estos aparatos, dirigirán el fuego de los
enormes cañones ferroviarios sobre el Fuerte de Douaumont. Para los soldados
alemanes que defendían la mole de hormigón, era como estar dentro de un
gigantesco tambor; sólo existían estruendo y nervios constantes, un temor
racional a que uno de esos enormes engendros explosivos perforase la mole
defensiva, masacrándolos y sepultándolos para siempre. El día 24, la artillería
francesa cesó su fuego repentinamente, lo que fue interpretado por los soldados
alemanes como una señal que el avance de la infantería había comenzado. La
artillería alemana, como había hecho en otras ocasiones, comenzó a bombardear
las líneas de aproximación y refuerzo francesas, quedando al descubierto; era
el momento que esperaban los artilleros franceses, que se cobraron buena pieza
con su fuego contra batería, destruyendo o dañando más de la mitad de las
baterías alemanas en el sector de Douaumont a Vaux.
Posición alemana. La mayor parte de los defensores fueron dispersados por la artillería francesa. Donde aguantaron, las bajas francesas fueron muy elevadas. |
Polius se preparan para el asalto. Por Francia!!! |
Soltau
y sus hombres soportarían un terror indescriptible, bajo el constante fuego de
los grandes obuses franceses, y de cientos de pequeños calibres que ahora
tomaban la posición como objetivo principal. Durante la noche del 23 al 24 de
octubre solicitó refuerzos, ya que su pequeña unidad, al borde de la locura,
era inútil para mantener la posición por si misma; al no obtener respuesta,
decidió abandonar el fuerte. Sin embargo, uno de los oficiales bajo su mando,
el capitán Prollius, eligió regresar junto con una veintena de hombres, aprovechando
que la artillería francesa había dejado de martillear la mole de hormigón.
Franceses al asalto. |
Tropas del Regimiento Colonial de Marruecos, tras recuperar el Fuerte de Douaumont, 24 de octubre de 1.916. |
El General Mangin contaba con millones de proyectiles para apoyar a sus hombres. Aplicando la nueva táctica ideada por Nivelle, consiguió importantes éxitos, aunque a un coste humano descomunal. |
El ala
izquierda del asalto francés encaró la más encarnizada resistencia alemana,
entre Fuerte de Vaux y el Bois de Fumin; las bajas fueron terroríficas, aunque
a última hora de la tarde la defensa alemana se quebró. Muchos soldados germanos
se rindieron o se retiraron en desorden hacia el fuerte de Vaux, que sería el
próximo objetivo del asalto.
Las tropas coloniales recibirán gran parte de las bajas de la contraofensiva francesa. |
A
cambio, los franceses iniciaron una serie de violentos ataques sobre el flanco
del mismo, sobre el Bois de la Caillette y Hardoumont, intentando separar a la
guarnición de su línea de retaguardia. La lucha se prolongó varios días de
forma sangrienta, sobre la inundada superficie lunar en que se había convertido
el campo de batalla. Luddendorf, dando el fuerte por perdido, y siguiendo la
nueva estrategia defensiva de evitar las bajas innecesarias, decidió evacuar el
fuerte y destruirlo.
Al
mediodía del 2 de noviembre de 1.916, los defensores abandonaron el fuerte tras
minarlo. Una hora y media más tarde, lo volaban, destruyendo sus principales
instalaciones. El día 3 de noviembre, con mucha cautela, tropas francesas
entraban en los restos de fuerte sin efectuar un solo disparo. La bandera
tricolor volvía a elevarse sobre los dos símbolos de su resistencia.
EL FINAL. LA SEGUNDA
BATALLA OFENSIVA FRANCESA EN VERDÚN:
Soldados argelinos disfrutan del descanso en los combates. |
Este
reposo en la campaña permitió al mando francés reorganizarse. El General Robert
Nivelle, considerado por la mayoría el Héroe de Verdun, fue elevado al rango de
comandante supremo del ejército francés, sólo por detrás en mando del
generalísimo Joseph Joffré. El ínclito General Mangin ocuparía el puesto
vacante como comandante general del frente de Verdun. Su primera decisión en
este puesto fue la de organizar una nueva ofensiva que mandase a los alemanes
hasta sus posiciones iniciales de la campaña.
Artillería francesa en acción. |
El 11
de diciembre los proyectiles franceses comenzaron a triturar las posiciones
alemanas; durante los siguientes nueve días, dispararán 1.169.000 proyectiles,
que batirán el terreno hasta convertirlo en un mar de barro en el que los
hombres se enterraban hasta las rodillas durante su avance. Tras varios días de
preparación artillera, los soldados franceses abandonaron sus trincheras el 15
de diciembre, avanzando en toda la línea, desde Bezonvaux hasta Vaux. Desde el
primer momento, la sangría es memorable; los alemanes, que permanecen impávidos
en sus posiciones a pesar del letal fuego artillero francés, destrozan a las
tropas francesas, que se quedan empantanadas en tierra de nadie.
Un soldado senegalés muerto en medio del campo de batalla. |
Será
el 19 de diciembre de 1.916 cuando Ludendorff, que prepara ya una acción de
repliegue a posiciones más sólidas en otros puntos del frente occidental,
decide que el ejército alemán ya ha sufrido bastante en Verdun, y ordena a sus
oficiales replegarse a las posiciones fortificadas próximas a aquellas desde las que partieron al
combate el 21 de febrero de 1.916.
Está
última acción provocó la rendición de 11.000 soldados alemanes, hartos de sufrir, que prefirieron el cautiverio a continuar la batalla unos kilómetros más
atrás. La batalla de Verdun había finalizado.
CONSECUENCIAS DE LA BATALLA
DE VERDUN:
Un soldado alemán yace inerte y sólo en medio del campo de batalla. Verdun, Septiembre de 1.916. |
Durante
los 300 días que duró la batalla, la más larga de la Historia de la Humanidad,
los ejércitos contendientes arrojaron sobre las desdichadas tierras de Verdun
un total de cuarenta y siete millones de proyectiles de todos los calibres;
serían los franceses, con cerca de treinta millones, quienes más metal
despacharían sobre sus adversarios.
Verdun
es parte de la “zona roja” establecida tras el conflicto, donde la vida
resultaría difícil de recuperar debido a la gigantesca cantidad de productos
químicos que la contaminaron. La cordita, el fosgeno, la clorita y el fosfeno
hicieron una labor de contaminación que aun se extiende incluso hoy en día. Un
total de nueve poblaciones del entorno de Verdun serían completamente
destruidas por el horror de los constante bombardeos artilleros, demolidos hasta
sus cimientos; serían consideradas “ciudades muertas” por Francia. Dichas
poblaciones fueron:
·
Fleury-Devant-Douaumont,
que hoy en día mantiene su espacio geográfico, aunque tan sólo exista en la
forma de las señalizaciones de entrada y salida de la población, y por los
monumentos conmemorativos que recuerdan su martirio.
·
Beaumont-en-Verdunois.
·
Bezonvaux.
·
Cumiéres-le-Mort-Homme.
·
Douaumont.
·
Haumont-prés-Samogneaux.
·
Louvemont-Côte-du-Poivre.
·
Orne.
·
Vaux-Devant-Damloup.
Los combates fueron salvajes. Muerte en la trinchera. |
El
ejército alemán fracasó completamente en su gran ofensiva, destinada a
finalizar la guerra en 1.916. El objetivo de Falkenhayn de consumir al ejército
francés sin sufrir un número elevado de bajas se vio imposible desde los
primeros instantes de la ofensiva; una semana de combates en febrero le
supusieron al V Ejército alemán 25.000 bajas por 24.000 francesas, lo que
mostraba bien a las claras cual sería la tendencia de la batalla. Únicamente
las absurdas ofensivas finales francesas, que se enfrentaban a la tendencia
alemana de no mantener posiciones difíciles para reducir sus bajas,
incrementaron sobremanera las pérdidas francesas.
La
acción demoledora de la artillería de ambos bandos provocó la desaparición de
decenas de miles de hombres; muchos de ellos sepultados bajo las toneladas de barro
y polvo que el bombardeo generaba, aunque otros muchos serían sencillamente
pulverizados por los impactos directos de los proyectiles de artillería. La
batalla sería un auténtico infierno para los hombres, incapaces de recoger los
miles de cadáveres insepultos, sometidos a terribles condiciones de vida, entre
el barro, la muerte, el hambre y la sed.
Verdun; restos en el campo de batalla. |
La
batalla continuaría durante los dos siguientes años, ya no con la misma
intensidad; durante 1.917 los franceses recuperarían las posiciones también en
la orilla occidental del Mosa, y para 1.918, el ejército americano,
prácticamente recién llegado, se desangraría más al sur en la ofensiva de
Argonne-Mosa. En total, más de un millón de jóvenes soldados dejaría sus
esperanzas abandonadas, unos muertos, otros heridos, muchos enloquecidos, todos
con pesadillas durante el resto de sus vidas, sobre las alturas del Mosa, donde
se desarrolló la tragedia que hemos narrado.
Sirva
este artículo como homenaje a todos aquellos hombres que cayeron en aquel
infame campo de batalla.
LA BATALLA DE VERDUN. APÉNDICES
II:
I. HÉROES EN VERDUN. NO WOMANS LAND. DOCTORA NICOLE
GERARD-MANGIN: La guerra había sido feudo
exclusivo de los hombres a lo largo de la historia. Ellos sufrían en el frente,
mientras que las mujeres sufrían su pérdida, desesperaban en la espera, y
trabajaban por ellas mismas y por sus cónyuges alistados en los ejércitos,
convirtiéndose en auténticas heroínas en la retaguardia.
El
siglo XX trajo nuevos hábitos sociales, aun por afianzar en las retrógradas
sociedades post-victorianas, en las que las mujeres comenzaban a luchar por sus
derechos, por participar de los asuntos que, hasta entonces, habían sido
considerados exclusivos de los hombres; una lucha por convertirse en ciudadanos
de pleno derecho. Durante la Primera Guerra Mundial, las mujeres serían las
responsables de mantener el esfuerzo industrial; privadas las fábricas de los
trabajadores masculinos entre los 19 y los 45 años, la necesidad de mano de
obra necesaria para mantener las líneas de producción a pleno rendimiento,
vomitando continuamente proyectiles, obuses, cascos, uniformes, etc, obligó a
los industriales a reclutar una legión de mujeres, que ocuparían puestos hasta
entonces exclusivamente dedicados a los hombres. Su esfuerzo, trabajando
jornadas de 12 a 16 horas diarias, en pésimas condiciones, teniendo que
ocuparse luego de sus hijos y su casa, permitió que la producción no decayese.
Sin
embargo, sus reclamaciones para poder estar junto a los suyos en el frente,
caían en saco roto. Las mujeres podían haber parado la guerra de haber ido a la
huelga, pero la responsabilidad que sentían hacia sus hombres, el conocimiento
del horror indescriptible que sufrían, les impidió hacerlo. Sus deseos de estar
cerca de sus varones, no se cumpliría.
Tan
sólo una mujer se acercaría para trabajar al mismo frente de Verdun; tan sólo
una mujer se alistaría en el ejército francés; tan sólo una mujer llegaría ante
las mismas puertas del infierno durante aquellos tempranos años del siglo XX.
Nicole Gerard Mangin y Dun. |
Nicole y Dun tras la guerra. |
Su
trabajo durante 1.915 salvaría la vida de muchos soldados, afectados de graves
enfermedades tras su paso por las poco higiénicas trincheras del frente de
batalla. El 21 de febrero de 1.916, todo cambió; el ejército alemán desencadenó
una gigantesca ofensiva en el sector de Verdun. Durante el terrorífico
bombardeo que abrió la ofensiva, Nicole encabezó un convoy de ambulancias que
se dirigió al frente, resultando herida en la mejilla por una esquirla de
metralla, pero consiguiendo rescatar a un importante número de soldados
heridos. Durante día y noche condujo ella misma una de las ambulancias, evacuando
heridos del Bois de Caures y otros puntos, ocupándose posteriormente de tratar
las terribles heridas que muchos traían. Desde ese momento, y durante once
meses, su labor permitió salvar la vida de miles de soldados heridos, pasando
muchas jornadas sin apenas descanso, al igual que sus compañeros masculinos y
que las enfermeras que los ayudaban.
En
diciembre de 1.916, como premio a su esfuerzo, fue reconocida como oficial
médico y se la concedió el rango de comandante médico, siendo trasladada a
París, donde se hará cargo de la dirección del hospital Escuela Edith Cavell.
Al
finalizar el conflicto bélico, Nicole Mangin comenzó a trabajar para la Cruz
Roja, viajando para impartir conferencias sobre el papel de la mujer durante el
conflicto y su experiencia personal. Nunca recibió el más mínimo reconocimiento
a su labor por parte de las autoridades francesas.
Poco a
poco, el cansancio comenzó a hacer presa de ella; tras unas pruebas médicas le
fue diagnosticado un cáncer terminal. El 6 de junio de 1.919, su cuerpo dijo
basta. Agotada física y mentalmente, perseguida por los fantasmas del pasado y
convencida de no querer acabar como los millares de hombres a los que vió
morir, en medio de terribles sufrimientos, decidió poner fin a su vida; fue
encontrada muerta sobre la cama de su casa en París, junto al cadáver de su
perro Dun, quién le siguió en este último paseo como le había seguido,
fielmente, entre explosiones, cadáveres y heridos en vida. La doctora Nicole
Girard-Mangin, la primera mujer alistada en el ejército francés, moría a causa
de una sobredosis de medicamentos. Tenía 41 años. El ángel que salvó la vida de
miles de soldados durante la batalla de Verdun partía hacia la eternidad.
II. HÉROES DE VERDUN. EL
SEÑOR DIPUTADO. CORONEL ÉMILE DRIANT:
Émile Augustine Cyprien Driant vino a la vida el 11 de septiembre de 1.855 en
Neufchâtel-sur-Aisne, en plena Picardía. Desde muy joven mostró predilección
por la carrera militar, graduándose en 1.877 en la academia de Saint-Cyr, donde
obtuvo los galones de segundo teniente. Tras servir en diversos destinos en
África, acabó mandando el 1.er batallón de Chasseurs (Cazadores) entre 1.899 y
1.905, decidiendo posteriormente abandonar el ejército para dedicarse al
periodismo y la política. En 1.910 fue elegido como diputado por Nancy,
formando parte de la Cámara de Representantes.
Desde
1.888, se dedicó a su pasión por la escritura, publicando diversos libros y
artículos, relacionados con el mundo militar y la historia heroica de Francia.
Como
otros 200 diputados franceses, fue alistado al comienzo de la Primera Guerra
Mundial; los diputados estaban exentos de prestar servicio de armas, pero 200
de ellos elegirían defender a Francia desde las trincheras; 17 de ellos morirían
en combate, al menos dos en Verdun, y más de la mitad resultarían heridos o
mutilados.
Émile Driant y su estado mayor en las posiciones del bosque |
Bunker de mando en el Bois des Caures. 2.016 |
Joffré
montó en cólera, acusando a Driant de interferir en el mando. Contra un
diputado no podía cargar, pero contra un oficial del ejército si, por lo cual
le ordenó regresar a su puesto urgentemente, y dejó caer en el olvido sus
demandas.
Teniente Coronel Driant. 1.916 |
Allí,
en el Bois des Caures, en sus posiciones reforzadas gracias a la previsión de
Driant, se encontraban los dos regimientos de cazadores bajo su mando; 2.200
hombres dispuestos a luchar hasta la última bala, si fuese necesario. Las
defensas fueron aplastadas bajo el peso gigantesco de los proyectiles alemanes;
la tierra se levantaba varios metros para volver a caer, enterrando hombres y
esparciendo cuerpos por el terreno. Cuando el fuego cesó, los supervivientes de
la unidad de Driant organizaron, bajo su mando, una encarnizada defensa,
intentando retrasar lo máximo posible el avance enemigo, dando tiempo a las
defensas de segunda línea a prepararse. Los alemanes, abrumadoramente
superiores en número, se vieron sorprendidos por la resistencia, y perdieron a
muchos buenos soldados intentando tomar ese terreno baldío en que se había
convertido el bosque. Durante todo el día 21, y la noche y buena parte del día
del 22 de febrero, los escasos supervivientes combatieron como leones. Cuando
fueron flanqueados por las superiores tropas alemanas, los cazadores se
percataron que su situación era insostenible; o se retiraban, o acabarían
aniquilados. Driant ordenó un último contraataque para restablecer la
situación, y, al fracasar, decidió ordenar la retirada, sin grandes carreras,
dando siempre la cara al enemigo.
Driant
fue el último en retirarse, cubriendo a sus hombres. De los 2.200 defensores,
cerca de 1.700 murieron, entre ellos el teniente coronel Émile Driant, quién recibió
un disparo en la frente que lo mató instantáneamente. De los supervivientes que
consiguieron retirarse, la inmensa mayoría se encontraban gravemente heridos.
Driant
recibió a título póstumo la Legión de Honor, la máxima condecoración del
ejército francés. Todos los 21 de febrero, se conmemora la resistencia de los
Cazadores de Driant frente a su monumento, ubicado en el Bois des Caures, donde
el señor Diputado prestó su último servicio a Francia.
Osario de Douaumont y Cementerio Nacional. 2.015. |
Verdun es una
pequeña comuna francesa, ubicada en el departamento del Mosa, en la región de
la Lorena. Cuenta hoy en día con menos de 20.000 habitantes, aunque se ha
elevado para la historia como uno de las más impresionantes necrópolis del
mundo; allí, repartidos a lo largo de una infinidad de camposantos, descansan
los restos de más de 300.000 hombres, que sucumbieron, en su mayoría, entre
febrero y diciembre de 1.916.
Fosa común dentro del Osario de Douaumont. Los restos de 130.000 soldados alemanes y franceses reposan allí. |
En su entorno se
encuentran ubicados varios monumentos, recordando a los combatientes judíos
durante la batalla (el Muro de los Israelitas), que se encuentra a muy pocos
metros del Osario, o bien a los hombres caidos durante las sangrientas batallas
por el reducto de Thiaumont.
A no mucha distancia
de allí, se encuentran infinidad de vestigios de trincheras, que cruzan los
densos bosques que han renacido donde el hombre dejó devastación, en un claro
testimonio de las terribles heridas sufridas por la tierra. Las trincheras
guían hasta el pueblo muerto de Fleury-Devant-Douaumont, donde aun hoy en día,
se ven las calles trazadas, con lápidas que recuerdan las construcciones que se
ubicaron junto a ellas. La única construcción que resta en la ciudad muerta, es
la Capilla de San Nicolás de Fleury, que da testimonio del terror vivido y
recuerda a la miríada de fallecidos en los terribles combates por el control de
la población.
Poco más al sureste,
a menos de medio kilómetro, está el Memorial de Verdún. Cerrado durante tiempo
y reinagurado en febrero de 2.016, para celebrar el centenario de la batalla,
se ha convertido en uno de los más impresionantes museos sobre el conflicto que
existen en el mundo.
El Fuerte de Douaumont. Junio 2.015. |
El interior del
fuerte es un constante homenaje a los caídos en la batalla por su dominio. Las
salas están en su estado original, por lo que sentimos la terrible humedad, el
frío de la piedra; vemos las piezas de artillería y contemplamos los resultados
de las explosiones internas. Y observamos como los enemigos de entonces,
terminan descansando por siempre en la misma necrópolis, como a pocos metros de
distancia, sendos altares recuerdan a alemanes y franceses.
La tierra destrozada. Cráteres entorno al Fuerte de Vaux. |
Fuerte de Vaux. Junio 2.015. |
Los monumentos se
nos aparecen a lo largo del campo de batalla. El Fuerte de Souville, ubicado al
sur de Douaumont, también es visitable. Sufrió graves daños a lo largo de la
batalla, pero fue reconstruido en 1.917; su actual estado no es tan bueno como
el de los dos fuertes que anteriormente narramos, pero mantiene su enorme mole.
Cerca de el, encontramos uno de los más hermosos monumentos de la batalla; el
Memorial del León Herido de Souville. El monumento, dedicado a la memoria de
los heróicos defensores de la 130ª división de infantería, conmemora a los
caídos durante la épica resistencia entre las ruinas de la Capilla de
Sainte-Fine, protagonizada por esta unidad el 12 de julio de 1.916.
Al norte, en el
Bosque de Caures, encontramos el Memorial al Coronel y Diputado Émile Driant,
que como vimos previamente, cayó en combate durante los feroces enfrentamientos
del 22 de febrero de 1.916. En este punto, todos los 21 de febrero, se realiza
un homenaje a la memoria de Driant y sus Cazadores.
Monumento de la Trinchera de las Bayonetas. Junio 2.015. |
Memorial a Émile Driant y sus Chasseurs. Bois des Caures. |
El 25 de junio de
2.006, el Primer Ministro francés, Jacques Chirac, inauguró el Monumento a los
Musulmanes, muy próximo al Osario y al Cementerio Nacional, donde reposan los
restos de muchos de los 70.000 soldados musulmanes que perdieron sus vidas
durante el curso de la batalla.
Memorial a los Hijos de Verdun. |
La misma población
de Verdun alberga numerosos recuerdos de la batalla, incluyendo un pequeño
Memorial a los hombres que mantuvieron abierta la Voie Sacrée (La Vía Sagrada);
la Catedral de Verdun, completamente destruida por los bombardeos alemanes; el
Monumento a los Hijos de Verdun, dedicado a los 518 habitantes (510 soldados y
ocho civiles) de Verdun que dieron sus vidas en el curso de la guerra; el
Cementerio Nacional de Verdun; o el Monumento a la Victoria.
Todo el terreno que
recorramos estará cubierto de historia viva, una historia que conviene que no
olvidemos jamás, una historia que hiela la sangre y ensombrece el alma, pero
que no puede quedar en el olvido, una historia que jamás debe repetirse… el
capítulo más oscuro de la Historia de la Humanidad.
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