Memorial Canadiense sobre el Risco de Vimy. Durante una amarga lucha de cinco días, murieron 3.600 canadienses. |
El invierno había caído
sobre los contendientes como una losa. Diciembre de 1.916 fue el mes de
realizar balance, tras onces meses de matanza continuada provocada por la
absurda visión estratégica de los estados mayores de ambos bandos. Ya hacía un
mes que la batalla había perdido intensidad en el Somme, mientras que a
mediados de diciembre se daba por finalizada la brutal batalla de Verdún.
Ambos conflictos se
convertirían en los más sangrientos y menos rentables de lo que se llevaba de
guerra. A cambio de exiguas ganancias territoriales, los aliados se habían
dejado sobre el terreno las vidas de cerca de 250.000 franceses y 150.000 soldados
del Imperio Británico, mientras que los alemanes sufrían más de 300.000
muertos. Las cifras de bajas aun eran más desastrosas si cabe; sólo la batalla
del Somme había consumido más de un millón de hombres, aproximándose a los dos
millones cuando se sumaban las bajas de Verdún. Un auténtico baño de sangre que
había tenido consecuencias directas sobre sus máximos responsables, al menos en
parte del campo de batalla.
Aun cuando el gobierno
británico seguiría confiando en Douglas Haig, responsable de la carnicería del
Somme, al sostener una cuestionable estrategia ofensiva, el resto de estados
mayores sufrieron cambios lógicos. Joseph Joffré fue elevado al rango de
generalísimo del Ejército francés, en una suerte de “patada hacia arriba”
propinada por el gobierno republicano; su puesto quedaría en manos del “Héroe de
Verdún”, Robert Nivelle, quién le arrebataba de esa forma la dirección estratégica
de la guerra.
Paul von Hindemburg daría una nueva perspectiva a la estrategia alemana en el Frente Occidental. |
Por su parte, el Kaiser
había finiquitado a Erich von Falkenhayn en agosto de 1.916, dando la dirección
del ejército alemán al binomio formado por Paul von Hindemburg y Erich von
Ludendorff, quienes se convertirían en los auténticos gobernantes de Alemania.
Su estrategia distaba mucho de la ofensiva constante de Falkenhayn; aunque
1.916 no permitió aplicar la estrategia de forma indefinida, desde el primer momento
se mostraron dispuestos a presentar la defensa como bandera en el Frente
Occidental, a fin de ahorrar los monstruosos recursos humanos y materiales que
ese frente demandaba. La falta de reservas estratégicas comenzaba a pasarle
factura a Alemania; por tanto, durante la segunda mitad de 1.916, ordenaron el
desarrollo y construcción de una sólida línea defensiva, ubicada tras la línea
principal de trincheras, y que denominarían la Línea Sigfrido.
Contrariamente a lo que
dictaba la lógica de las bajas, los aliados occidentales decidieron que debían
desgastar a los alemanes, manteniendo una ofensiva constante que les llevase,
en último término, a la victoria definitiva por el agotamiento del rival. Para
ello, trazaron planes suicidas en los cuales, sin innovar realmente con
respecto a las desastrosas ofensivas de 1.916, mantendrían una ofensiva total,
irresponsablemente lanzada a partir de la primavera de 1.917. Consecuencia
serían los terribles acontecimientos que degeneraron en la rebelión del
ejército francés tras la ofensiva Nivelle de abril, las desastrosas ofensivas
italianas que desencadenaron el derrumbamiento del frente italiano, la
revolución rusa y la terrible matanza que supondría la ofensiva Kerensky, así
como las terroríficas bajas que sufrirían las tropas del Imperio Británico en
su asalto en el Risco de Vimy y su avancé hacia Arrás, objeto de estudio de
esta entrada.
Veamos como se
desarrollaron los acontecimientos.
Contenido de la Entrada:
1.
La Operación Alberich. La retirada alemana a la Línea
Hindenburg.
2.
Ofensiva Británica en Arras. Preparativos Estratégicos.
3.
La primera fase. Asalto en Arras y la lucha por el Risco de
VImy.
4.
La Ofensiva Británica de Arras. La Segunda Fase.
5.
Operaciones de apoyo o subsidarias.
6.
Consecuencias.
1.- LA OPERACIÓN ALBERICHT.
LA RETIRADA ALEMANA A LA LÍNEA HINDEMBURG:
Ingenieros alemanes despejan el terreno en la zona donde se construirá la Línea Sigfrido (Hindemburg para la Entente). |
Cuando
el nuevo estado mayor alemán comprobó la desastrosa cantidad de bajas que la
ofensiva de Verdún estaba suponiendo al ejército alemán, decidió un cambio de
estrategia. Hindemburg y Ludendorff, convencidos de la necesidad de dar
prioridad a la eliminación de un rival potencialmente más débil, como era
Rusia, y sobre el que mantenían varias espadas de Damocles, en la forma de
líderes bolcheviques que, como Lenin, prometían sacar a Rusia de la guerra a
cambio del apoyo alemán al golpe de estado revolucionario contra el Zar, antes
de prestar más reservas al costoso Frente Occidental, comenzaron en el otoño de
1.916 la construcción de una sólida red de trincheras y fortificaciones, en el
sector ubicado entre Arras y Saint-Quentin, y que denominarían bajo
el nombre clave de Siegfriedstellung o Línea
Sigfrido.
La
posición fortificada alemana se ubicaría unos kilómetros por detrás de las
líneas de trincheras de finales de 1.916. Previamente a tomar la decisión de
retirarse a esta nueva línea, Ludendorff estuvo barajando diversas
posibilidades para mantener la presión y permitir al ejército alemán recuperar
la iniciativa perdida por la ineficaz acción ordenada por Falkenhayn en Verdún.
Barajó la opción de lanzar una ofensiva en el sector del Somme, pero las estimaciones
de bajas resultaron desastrosas, por lo que terminó presentando a Hindemburg
un plan de retirada que, aun considerando que afectaría a la moral del ejército
y la población alemana, permitiría establecer una línea de defensa sólida que
evitase penetraciones aliadas durante 1.917, lo que concedería tiempo para
concentrarse en el este, donde Rumanía ya sucumbía a las fuerzas de
las Potencias Centrales, y Rusia veía cernirse sobre ella la
sombra de la revolución.
Línea Hindemburg y Operación Alberich. |
Bajo
el nombre clave de “Alberich”, aceptó el plan trazado por el Príncipe coronado de
Baviera, Rupprecht, quién mandaba el grupo de ejércitos afectado por la
retirada, ubicado entre la Picardía y el Mar del Norte. Los
comandantes de los ejércitos 1.º y 2.º, presentaron objeciones a cumplir un plan
que, a todos los efectos, suponía ceder un terreno que había costado mucha sangre
e innumerables sufrimientos a las tropas que mandaban, lo que evaluaban tendría
un negativo efecto moral, muy poco recomendable.
Aun
previendo este afecto adverso, Ludendorff presentó su plan al
Mariscal Hindemburg a primeros de febrero, recibiendo la autorización
para su ejecución el 16 de marzo. El objetivo sería recortar el frente unos 40
kilómetros, lo que permitiría concentrar a unas trece divisiones bastante
dispersas y vulnerables a un ataque concentrado aliado. Rupprecht había diseñado
una retirada basada en la teoría de la “Tierra Quemada”, mediante la cual, el
ejército alemán destruiría todo aquello de utilidad que quedase en campo
aliado, impidiendo al enemigo avanzar y reforzarse en las mejores condiciones.
Ingenieros alemanes en un descanso en la construcción. |
Las
operaciones previas comenzaron en fecha tan temprana como el 9 de febrero de 1.917, cuando los
alemanes comenzaron a destruir las instalaciones, derribar árboles, plantar
minas y trampas, a lo largo de toda el área que iba a ser cedida a los aliados.
Los civiles de la zona, más de cien mil personas, fueron deportadas a las
áreas ocupadas de Francia, a fin de ser utilizadas como mano de obra. Muchos
civiles morirían de hambre durante el traslado, ya que las raciones, necesariamente, debido al
bloqueo naval aliado y a la escasez en Alemania, eran demasiado magras.
El 4 de marzo, el Grupo de Ejércitos Norte
aliado, mandado por el General Louis Franchet d’Esperey, lanzó un
ataque sobre las posiciones alemanas de primera línea en el sector de Mouvron,
entre los ríos Aisne y Oise. Encontrando que la oposición
alemana, que preparaba la retirada, era bastante débil, solicitó al mando
general que le permitiese profundizar en sus éxitos, lo que habría abortado la
operación de repliegue alemán. Sin embargo, el General Nivelle, comandante en
jefe francés, que estaba a punto de lanzar su famosa ofensiva de primavera,
estableció que una vez alcanzados los limitados objetivos del ataque de d’Esperey,
sus tropas pasasen a la defensiva, perdiendo así una oportunidad única de
interferir en los planes de Hindemburg.
La
retirada, de forma efectiva, se iniciaría el 16 de marzo; durante cuatro días los ejércitos alemanes replegaron
material, animales y tropa sin que apenas recibiesen obstáculos por parte
aliada, cuyo servicio de información se vió sorprendido por la cesión de un
terreno ocupado por Alemania desde 1.914. Al evacuar los salientes de Noyon
y Bapaume,
Hindemburg
consiguió un doble éxito, al acortar sus líneas, concentrando su fuerza sobre
una posición más fácilmente defendible, además de causar un serio revés a las
intenciones ofensivas aliadas en la zona.
Bunker en la Línea Wotan, cerca de Arrás, al norte de la Línea Sigfrido. La Línea Hindemburg se mostrará sólida, prolongando la situación de estancamiento. |
Aunque
la retirada fue tratada por la prensa alemana como un desastre, la realidad es
que permitió obtener importantes beneficios a las fuerzas alemanas del Frente
Occidental, poniéndolas a salvo mientras se derrumbaba el este de
Europa. Los aliados fueron incapaces de leer las intenciones alemanas, aun
cuando tenían pruebas fehacientes, gracias al reconocimiento aéreo, que los
alemanes preparaban nuevas posiciones muy por detrás de la línea de frente.
La
retirada alemana fue aprovechada por los británicos para ocupar un terreno que
les habría costado muchas bajas conseguir en combate, pero se encontraron
indefensos frente a una formidable línea de defensa alemana, sin defensas
propias preparadas, lo que evitaría que pudiesen explotar de forma decisiva el
avance, y les forzaría a iniciar un amargo combate en los flancos de la
posición.
2.- OFENSIVA BRITÁNICA EN
ARRAS. PREPARATIVOS ESTRATÉGICOS:
El alto mando aliado había
preparado una gran ofensiva coordinada para comienzo de la primavera de 1.917,
cuando los ejércitos aliados atacarían toda la línea de frente, concentrando la
mayor intensidad del asalto en el frente central, donde los británicos atacarían nuevamente en el Somme
y el Aisne,
mientras los franceses asaltarían las alturas de Chemin des Dames. La operación Alberich vino a romper estos
planes aliados, aunque sólo modificándolos, ya que obligaría a las tropas
británicas del Somme a avanzar rápidamente sus posiciones, trazando Douglas
Haig y sus secuaces nuevos planes con premura, para poder apoyar el
asalto principal que las fuerzas francesas iban a lanzar al sur de su posición
en la Picardía.
Los planes ofensivos
aliados, tenían el ambicioso objetivo de finalizar la guerra tras un violento
ataque de 48 horas, ya que el alto mando aliado evaluaba que el ejército alemán,
que consideraba carente de reservas en el Frente
Occidental –la inmensa mayoría estaba acumulándose contra Rumanía y Rusia-, se derrumbarían tras la caída de la primera línea alemana.
Aunque el asalto principal, que será objeto de una entrada individualizada,
sería llevado a cabo por el ejército francés, se solicitaba de las fuerzas
británicas bajo el mando del General Douglas Haig, el romper el
frente en el sector ubicado entre Vimy, al noroeste, y Bullecourt,
al sureste, presionando hacia Arras, a través de la primera línea
de trincheras alemana. Contaría para esta tarea con los más de 400.000 hombres
de los ejércitos primero, tercero y quinto, hombres de todas las zonas del Imperio Británico.
Soldados británicos llegan al frente de Arras antes de la batalla. Hubo que mover un gran contingente en poco tiempo y con escasa preparación, tras la retirada alemana Alberich. |
El ataque tenía un
componente político muy importante. Los desastres de Gallipolli, el Somme
y Verdún
habían causado cambios no sólo en los estados mayores de los ejércitos, si no
que habían causado un movimiento de dominó en los gobiernos de las naciones
aliadas. Tras el desastre del Somme, el Primer Ministro británico,
Asquith, presentó su dimisión en
diciembre de 1.916, siendo sucedido por el galés David Lloyd George. En la República francesa, el presidente Aristide Briand y el Ministro de la
Guerra, general Hubert Lyautey,
fueron depuestos de sus cargos en marzo de 1.917. Para los nuevos gobernantes
era fundamental comprometerse a una ofensiva que permitiese un gran éxito que
ratificase su posición, así como para forzar al presidente Woodrow Wilson a meter a Estados Unidos en el conflicto al
lado de las Potencias de la Entente; Estados Unidos, como
veremos en una entrada posterior, estaban involucrados ya en un incidente con
la embajada alemana de México, que será conocida como el “Telegrama Zimmerman” y que acabará
causando la entrada americana en la guerra el 6 de abril de 1.917.
Los planes estaban
preparados para lanzar la ofensiva conjunta en marzo de 1.917, pero la
preocupante situación social en Rusia, con el ejército al borde de
la rebelión y la revolución rugiendo en las calles, causó que el alto mando
ruso indicase a sus homónimos aliados su imposibilidad de unirse a un ataque en
un momento tan temprano del año. Los movimientos preliminares franceses fueron
excesivamente lentos, marcados por la prudencia, ante las dudas sobre
implementar el plan de asalto en las fechas previstas o bien retrasarlo hasta
que Rusia
pudiese cumplir con su parte.
Caballería británica atravesando Arras. |
El comandante en
jefe francés, Robert Nivelle, se
entrevistó con el Primer Ministro británico, Lloyd George, convenciéndoles de lanzar un asalto de apoyo al
principal ataque francés, a mediados de abril, en el sector de Arras.
El ataque tendría la consideración de ataque de diversión, y sería puesto en
marcha una semana antes del asalto principal francés, que se convertirá en la
carnicería de Chemin des Dames.
David Lloyd George, Premier británico. |
Los británicos
llevaban tiempo preparando nuevas técnicas de asalto, que facilitasen la labor
de conquistar las trincheras enemigas. La artillería
estaba siendo entrenada en la técnica de la barrera de artillería móvil, lo que
permitiría a la infantería avanzar con el paraguas de una barrera artillera que
iría barriendo las defensas enemigas unas decenas de metros por delante. A
nivel inferior, las compañías de infantería fueron reorganizadas en pelotones,
y los pelotones en secciones, lo que permitía asignar una mayor capacidad de
acción a los escalones inferiores de la cadena. Se entrenó a la infantería en
nuevas técnicas de infiltración, las
cuales permitían que las secciones se apoyasen entre sí para incrementar las
posibilidades de conseguir alcanzar los objetivos asignados a cada compañía.
Despliegue de fuerzas previstas en la Ofensiva Nivelle |
El plan británico
pasaba por concentrar su ataque en un área relativamente pequeña, de unos 18 km
de extensión, desde el Risco de Vimy a Neuville. La artillería
británica bombardearía durante una semana las posiciones enemigas, concentrando
el fuego más intenso en la zona de Vimy, donde las posiciones se
consideraban más difíciles de conquistar. Además, se instó a los artilleros a reservar
munición para llevar a cabo la nueva técnica de Barrera de Fuego móvil.
También se guardó un
número de baterías que se mantendrían en silencio hasta que las baterías
alemanas respondiesen al avance, y que tendrían por objetivo eliminar las
baterías enemigas con un eficaz y demoledor fuego contra batería.
Los combates aéreos sobre Arras fueron tan sangrientos e intensos que la acción sería conocida como "Bloody April", el "Sangriento Abril" de 1.917. |
3.- LA PRIMERA FASE.
ASALTO EN ARRAS Y LA LUCHA POR EL RISCO DE VIMY:
Mapa de la operación sobre Arras. |
Cuando llegó el día
clave, las líneas de trincheras habían sucumbido bajo el peso de las toneladas
de proyectiles, y el alambre de espino había sido despedazado, abriendo el paso
a la infantería. Además, para causar mayor confusión y bajas entre los
defensores, las últimas horas de bombardeo se realizaron con proyectiles de
fosgeno, provocando una gran conmoción y el caos en las líneas alemanas.
El ataque, previsto
para la mañana del domingo de Pascua, 8
de abril de 1.917, fue pospuesto veinticuatro horas por petición del mando
francés, que buscaba ajustar el asalto con sus acciones posteriores en Chemin des Dames. Así, a las 05:30
horas del 9 de abril, la infantería
del Imperio Británico abandonó sus posiciones, mientras un huracán de fuego
barría las defensas alemanas frente a ellos.
Los preparativos de la ofensiva incluían un amplio apoyo con tanques. Los problemas mecánicos serían su talón de Aquiles. |
El reconocimiento aéreo sería fundamental para identificar los objetivos de los ejércitos asaltantes. Muchos aviadores pagarían con sus vidas esta vital información. |
Durante el primer
día de batalla, la 12.ª división alcanzó
rápidamente la primera línea alemana, empujando a los defensores hacia Feuchy,
y tomando, sucesivamente, parte de la segunda y tercera líneas de trincheras. Al
sur de la carretera de Cambrai avanzó decididamente la 3.ª división de infantería, conquistando
sin demasiados inconvenientes sus objetivos asignados (el Bosque del Diablo, Tilloy-lès-Mofflaines
y el Bois
des Boeufs). El objetivo final de ambas divisiones era conquistar la
posición fuerte conocida como la Monchyriegel, una gran trinchera
fortificada que defendía el área entre Wancourt y Feuchy.
Los bombardeos sobre Feuchy permitieron su conquista, aunque la población fue completamente destruida. |
Tropas canadienses avanzan al parapeto de un tanque. |
Tropas canadienses salen de sus posiciones para asaltar el Risco de Vimy, el 9 de abril de 1.917. La operación, bien preparada por Byng, supuso la muerte de 3.600 canadienses. |
Julian Byng. Comandante del Cuerpo Canadiense. |
La 4.ª división no consiguió grandes avances, teniendo que mantenerse pegada al terreno ante el nutrido fuego alemán, pero manteniendo entretenidas a las reservas alemanas mientras el resto de unidades mantenían su avance.
Al acabar el día,
los canadienses comenzaron a recibir contraataques alemanes, que buscaban
recuperar el terreno perdido en la tercera línea de trincheras. La batalla se
alargó tres días más, sin que los alemanes consiguiesen grandes progresos con
sus contragolpes, y con los canadienses asentándose sobre el Risco
de Vimy, tras perder más de 11.000 hombres, incluyendo unos 3.600
muertos.
4.- LA BATALLA POR ARRAS. LA SEGUNDA FASE:
Las defensas alemanas en la Línea Wotan se consolidaron tras finalizar la primera fase del asalto británico. |
Fritz von Lossberg, de facto nuevo comandante del 6.º Ejército. Abril 1.916 |
Mientras, Haig
definía nuevos objetivos a sus ejércitos. La necesidad de mantener la ofensiva
en apoyo del ataque francés sobre el Chemin des Dames, obligó a realizar
nuevos planes, que buscarían consolidar las posiciones aliadas y lanzarse a una
nueva ruptura en el sector del río Aisne. El 16 de abril se inició la Ofensiva
Nivelle en Chemin des Dames, que resultaría un absoluto fracaso desde el
primer día, como veremos en una posterior entrada de este blog. Las enormes
bajas francesas forzaron a los británicos a acelerar sus planes y lanzarse
nuevamente a la batalla, en un intento por minimizar las bajas francesas.
No sería, en
cualquier caso, hasta el 23 de abril
cuando la lucha volvió a rugir en el Scarpe. Ese día, tras varios de mal
tiempo y escasa visibilidad, el Tercer
Ejército británico lanzó un asalto a través de 14 km de frente, ubicados
entre Croisilles y Gavrelle, avanzando con un cuerpo en
cada orilla del río Scarpe. En la orilla norte, las divisiones 51.ª y 37.ª avanzaron
sobre Roeux, viéndose implicados en un amargo combate, en que las
bajas fueron creciendo rápidamente, aunque consiguieron ocupar varios de sus
objetivos. La lucha fue especialmente intensa en el entorno de la estación de
ferrocarril, donde apenas se consiguió conquistar algunos edificios y parte del
espacio abierto situado a su derecha. Más al norte, la 63.ª división si consiguió una pequeña ruptura, y avanzó rápidamente
hacia el pueblo de Gavrelle, conquistando la población.
Tropas británicas se lanzan al asalto. |
Nuevamente las
fuerzas británicas volvían a estar agotadas. Las bajas excedían, con mucho, las
sufridas días antes en una operación completamente exitosa, acercándose a las
70.000 bajas totales. El empeño suicida de Haig,
exigiendo más a sus hombres de lo que la situación permitía, volvía a teñir de
sangre británica los campos de la Picardía.
Caballería británica descansa en el frente del Scarpe. |
Con el objetivo de
economizar las fuerzas, Haig puso a sus fuerzas unos
objetivos limitados. Ya se había convencido de que un asalto a gran escala, en
el estado en que se encontraban sus tres ejércitos de línea de frente, era
imposible, por lo que limitó su rango de asalto a la pequeña franja de terreno
que rodeaba la carretera de Arras a Cambrai, al norte del río Souchez.
Prisioneros alemanes ayudan a trasladar heridos. |
Además, apenas
habían conseguido retener a fuerzas de reserva alemanas, que estaban cobrando
un durísimo peaje a las fuerzas francesas más al sur. Tanto es así, que las
peticiones constantes por parte de Nivelle para que Haig
mantuviese la ofensiva a toda costa, supuso un nuevo enfrentamiento entre los
aliados. Los británicos acumulaban más de 100.000 bajas sin conseguir
importantes ganancias territoriales, ni dinamitar la defensa alemana al norte
de la línea Hindemburg.
Decenas de cuerpos esperan ser enterrados. Guemappe. |
Los posteriores
intentos por consolidar las posiciones y realizar avances adicionales, acabaron
en fracaso, siendo la operación cancelada el 16 de mayo. La batalla,
lanzada como un ataque de diversión de refuerzos alemanes, supuso la pérdida de
más de 150.000 soldados del Imperio Británico, por unos 125.000 alemanes.
5.- OPERACIONES SUBSIDARIAS
Y DE APOYO:
Artillería australiana en acción en Bullecourt. |
Tanque en el sector de ataque australiano. Dos de ellos fueron capturados indemnes por los alemanes. |
Aprovechando la
debilidad británica en el sector más al sur de su despliegue, donde la 1.ª división australiana se encontraba
demasiado extendida, cubriendo con sus batallones una amplia área de terreno,
el XIV Cuerpo alemán de reserva pasó
a la ofensiva el 15 de abril. El
objetivo de las fuerzas del General Otto von Moser no era ganar
terreno, si no golpear al enemigo, implicado en la ofensiva al norte, en Arras,
destruyendo artillería, depósitos de suministros y aniquilando sus puestos de
avanzada, para, posteriormente, replegarse a la Línea Sigfrido.
Presentado el ataque al Alto Mando alemán, fue aprobado y se añadieron
batallones adicionales hasta formar una fuerza de cuatro divisiones, que
atacaría el punto de unión entre las divisiones australianas primera y segunda,
para ocupar la población de Lagnicourt y destruir la artillería
australiana allí ubicada. El éxito inicial alemán obligó a los australianos a
contraatacar, consiguiendo restablecer la situación al anochecer.
Australianos dispuestos a atacar en el sector de Bullecourt |
Tras el fracaso australiano
de primeros de abril, se planificó un nuevo asalto, tras pulverizar Bullencourt
con artillería. Previsto inicialmente para el día 20, las necesidades de apoyo
en otros sectores obligó a retrasar la operación, hasta que se dio luz verde
para el asalto el día 3 de mayo. El
asalto fue brutal, realizado por cuatro divisiones británicas y australianas,
que consiguieron tan sólo pequeños avances al este de Bullecourt. Tras dos
semanas de intensa batalla, Bullecourt quedaba, finalmente, en
manos británicas, mientras los australianos se hacían con parte de la línea de
trincheras entre Bullecourt y Riencourt. Estos pequeños avances
habían supuesto a las fuerzas implicadas una gigantesca sangría en hombres y
material.
6.- CONSECUENCIAS DE LA OFENSIVA NIVELLE PARA EL FRENTE BRITÁNICO Y
BAJAS:
La Batalla
de Arras sería parte de la Ofensiva
Nivelle. La ofensiva, como tal, concebida con el objetivo de finalizar la
guerra con un golpe decisivo, lanzado desde todos los frentes al mismo tiempo,
fue un auténtico fiasco. Su máximo defensor, el general Robert Nivelle, que
compartía con su contrapartida británica, Douglas Haig, un gusto por la “offensive autrance”, la ofensiva a toda
costa totalmente suicida, perdería su puesto tras la sublevación de una pequeña
parte del ejército francés (unos 80.000 hombres, como veremos en la entrada
correspondiente) como consecuencia de las monumentales pérdidas que supusieron
las dos semanas de combates de la ofensiva
Nivelle en Chemin des Dames.
El comandante del Cuerpo Canadiense, Byng, y un oficial francés comprueban el material capturado. |
Edmund Allenby. Jefe del Tercer Ejército. |
Por su parte, los
comandantes alemanes tampoco permanecieron indemnes; tras la sustitución del
mando del 6.º Ejército por parte de Ludendorff,
quién puso al coronel Fritz von Lossberg como comandante
nominal, aun manteniendo al general von Falkenhausen en su puesto,
vendrían las destituciones reales. Von Falkenhausen sería retirado del
mando al acabar la batalla; su falta de capacidad táctica para implementar la
defensa flexible instruida por Hindemburg y Ludendorff, provocaría
que recibiese el cargo nominal de gobernador militar de Bélgica, siendo
retirado del mando activo sobre el campo de batalla. Por el contrario, la
excelente labor de Lossberg durante la segunda fase de la batalla sería premiada
con su ascenso a general, recibiendo el mando del 4º Ejército alemán, con quién se enfrentaría al mayúsculo desafío
de frenar la ofensiva británica de verano en Flandes, que pasará a la
historia como una de las mayores carnicerías de la misma, bajo el título de “la
Passchendaele”,
y que conoceremos más ampliamente en unas entradas.
Los británicos si
extrajeron de la batalla algunas lecciones, que les permitirían mejorar la
coordinación entre la infantería, las barreras de artillería y los tanques, que
les permitirían lanzar, meses más tarde, la ofensiva de Cambrai, la primera en la
historia en que se usaría el tanque de forma masiva.
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