Movimientos en El Marne y posteriores |
Como ya hemos hablado en artículos anteriores, ambos bandos
iniciaron el conflicto con el objetivo de conseguir la Batalla Decisiva que les
proporcionase una victoria rápida y contundente. Ninguno se percató que el
rostro de la guerra había cambiado, y realizaron una guerra de movimientos, que
según el bando resultó bien o desastrosamente.
Los movimientos franceses en la frontera alemana resultaron
desastrosos, provocando que sus fuerzas fuesen vapuleadas y desmoralizadas. Los
movimientos alemanes, con algunos problemas, resultaron exitosos, de tal suerte
que a primeros de septiembre, cuando se cumplía el primer mes de la guerra, se
encontraban situados con dos de sus ejércitos entre el grueso del Ejército
Francés y la capital francesa: París.
Para contenerlos, el Comandante en Jefe francés, Joseph
Joffré, sólo contaba los restos desorganizados del derrotado Quinto Ejército
Francés y las escasas fuerzas del Sexto, que guarnecía la región de París… Todo
planteaba que la Gran Batalla de su Era, la Batalla decisiva que decidiría la
preponderancia Europea para los próximos decenios, estaba a punto de
producirse, y que el resultado estaba ya decidido de antemano.
Tropas francesas en el sector de El Marne |
El día 3 de septiembre, Alexander von Bluck, comandante del
Primer Ejército alemán, recibió órdenes de girar hacia el oeste para rodear
París desde el norte. Mientras, el Segundo Ejército alemán, del general Kärl
von Bülow, presionaría a las fuerzas francesas desde el río Aisne, para cruzar
el Marne y amenazar París directamente desde el este.
La situación era tan desesperada que el gobierno francés
decidió trasladarse a Burdeos, en la esperanza de poder negociar desde allí las
condiciones para un armisticio.
Joseph Gallieni - Gobernador Militar de París |
Pero Joseph Joffré, que tan obcecado había sido en su
defensa del Plan ofensivo XVII, se mostró decidido a no ceder la victoria a los
alemanes fácilmente. Pensando, a pesar de los desastres acaecidos, que la
ofensiva es la mejor forma de defender, atacar antes de que te ataquen, sin
descanso, mandó órdenes y misivas decisivas el día 4 de septiembre.
La primera, dirigida al Gobernador Militar de París, General
Josepf Gallieni, le ordenaba juntar las fuerzas disponibles, tomar el mando y
atacar al segundo ejército alemán antes de que este desbaratase lo que quedaba
delante de el.
La segunda, y no menos importante, fue la petición formal de
ayuda a Lord Kitchener, Ministro de la Guerra británico, para que este
presionase a Sir John French, el Comandante de la Fuerza Expedicionaria
Británica, para que se uniese a los ataques desde el norte.
La tercera, al General Manoury, comandante del Sexto
Ejército francés, que contaba con unos 150.000 hombres, para atacar el flanco
derecho alemán.
Tropas Alemanas preparan un asalto |
La batalla comenzó el día 6 de septiembre, cuando los
soldados franceses avanzaron entre el primer y segundo ejércitos alemanes,
abriendo entre ellos una brecha de unos 40 kilómetros.
Por dicha brecha, atacaron coordinadamente el BEF y el Sexto
Ejército francés, quién se arrojó sobre el ala derecha del Segundo Ejército en
el eje Nantouil-le-Haudouin a Meaux. El día 7 de septiembre, la batalla se tornó
brutal, con las unidades alemanas asaltando las posiciones francesas, y estas
contraatacando sin pausa. Más de una vez los alemanes estuvieron muy cerca de
romper las defensas francesas; de hecho, sólo la intervención de la población parisina,
en concreto de los taxistas de París, que se movilizaron para transportar
reservas desde la Guarnición de la ciudad a la línea del frente, en un
movimiento sin precedentes, evitó la ruptura definitiva.
Los refuerzos llegados
fueron decisivos, no tanto por su número, sólo unos 6.000 soldados, como por el
efecto moral que supuso su intervención.
Los Taxis de París - Héroes Populares |
La derrota del Sexto Ejército llegó el día 9 de septiembre.
Agotado, se retiró tras la línea del Río Marne, buscando algo de seguridad para
sostenerse en batalla.
Al acudir en su persecución, von Kluge cometió un error
fatal. La brecha entre su Ejército y el Primero creció, hasta una distancia de
50 kms. En ese momento, 9 de septiembre, el General Franchet D’Esperey, nuevo
comandante del Quinto Ejército, vapuleado en la retirada desde Charleroi hacia
el Aisne, inició el asalto contra el flanco alemán. La fuerza del ataque se fue
diluyendo en los días posteriores, pero el Alto Mando alemán consideró los
riesgos y ordenó el día 12 de septiembre la retirada del Segundo Ejército y el
repliegue del Primero, para juntarse y volver a avanzar conjuntamente.
Llegando al frente |
La retirada fue tan lenta como el avance aliado. Cuando los
ejércitos alemanes consiguieron juntarse, cinco días más tarde, se habían
retirado unos 50 kms. Iniciaron nuevos ataques sobre las fuerzas aliadas en
persecución, pero fue ya imposible para ninguno de los bandos el romper las
defensas de su rival.
Sometidos ambos bandos a intensos bombardeos artilleros que
diezmaban sus filas, se vieron obligados, por primera vez, a cavar trincheras
para guarnecerse del mal tiempo y de los bombardeos. No sabían aun que
permanecerían en ellas durante cuatro largos años.
Aunque la victoria estratégica de la Primera Batalla del
Marne correspondió a los aliados, no consiguieron, ni mucho menos, la victoria
decisiva que anhelaban. El Plan Schlieffen había fracasado. El Plan XVII había
fracasado. No existían planes de batalla alternativos en los Altos Mandos
Militares de Francia, Inglaterra y Alemania. El futuro de la guerra se habría
en un interrogante constante. ¿Qué hacer ahora?. ¿Aguantarían las maltrechas
economías post victorianas el efecto de una larga guerra?.
Las bajas de la batalla fueron gigantescas. Los franceses,
que implicaron en la batalla unos 450.000 hombres, sufrieron cerca de 250.000
bajas, incluyendo 80.000 muertos. La BEF sufrió casi 13.000 bajas, el 10% de su
fuerza total. Los alemanes, con dos enormes ejércitos y 600.000 hombres en sus
filas, sufrieron bajas similares a las f rancesas.
Con la Batalla del Marne acaba la guerra de movimientos, la
Movilización en el Frente Occidental. A partir de entonces nació el
estancamiento, las ofensivas por metros de terreno, las trincheras y las
enfermedades. También las ideas geniales para romper el estancamiento, las
armas de destrucción masiva, los tanques, … Después del Marne comenzó,
realmente, la Primera Guerra Mundial.
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