miércoles, 17 de septiembre de 2014

ARTÍCULO 9.- (MOVILIZACIÓN) LA BATALLA DECISIVA: LA PRIMERA BATALLA DE EL MARNE

Movimientos en El Marne y posteriores
Como ya hemos hablado en artículos anteriores, ambos bandos iniciaron el conflicto con el objetivo de conseguir la Batalla Decisiva que les proporcionase una victoria rápida y contundente. Ninguno se percató que el rostro de la guerra había cambiado, y realizaron una guerra de movimientos, que según el bando resultó bien o desastrosamente.

Los movimientos franceses en la frontera alemana resultaron desastrosos, provocando que sus fuerzas fuesen vapuleadas y desmoralizadas. Los movimientos alemanes, con algunos problemas, resultaron exitosos, de tal suerte que a primeros de septiembre, cuando se cumplía el primer mes de la guerra, se encontraban situados con dos de sus ejércitos entre el grueso del Ejército Francés y la capital francesa: París.

Para contenerlos, el Comandante en Jefe francés, Joseph Joffré, sólo contaba los restos desorganizados del derrotado Quinto Ejército Francés y las escasas fuerzas del Sexto, que guarnecía la región de París… Todo planteaba que la Gran Batalla de su Era, la Batalla decisiva que decidiría la preponderancia Europea para los próximos decenios, estaba a punto de producirse, y que el resultado estaba ya decidido de antemano.

Tropas francesas en el sector de El Marne
El día 3 de septiembre, Alexander von Bluck, comandante del Primer Ejército alemán, recibió órdenes de girar hacia el oeste para rodear París desde el norte. Mientras, el Segundo Ejército alemán, del general Kärl von Bülow, presionaría a las fuerzas francesas desde el río Aisne, para cruzar el Marne y amenazar París directamente desde el este.





La situación era tan desesperada que el gobierno francés decidió trasladarse a Burdeos, en la esperanza de poder negociar desde allí las condiciones para un armisticio.

Joseph Gallieni - Gobernador Militar de París
Pero Joseph Joffré, que tan obcecado había sido en su defensa del Plan ofensivo XVII, se mostró decidido a no ceder la victoria a los alemanes fácilmente. Pensando, a pesar de los desastres acaecidos, que la ofensiva es la mejor forma de defender, atacar antes de que te ataquen, sin descanso, mandó órdenes y misivas decisivas el día 4 de septiembre.

La primera, dirigida al Gobernador Militar de París, General Josepf Gallieni, le ordenaba juntar las fuerzas disponibles, tomar el mando y atacar al segundo ejército alemán antes de que este desbaratase lo que quedaba delante de el.

La segunda, y no menos importante, fue la petición formal de ayuda a Lord Kitchener, Ministro de la Guerra británico, para que este presionase a Sir John French, el Comandante de la Fuerza Expedicionaria Británica, para que se uniese a los ataques desde el norte.

La tercera, al General Manoury, comandante del Sexto Ejército francés, que contaba con unos 150.000 hombres, para atacar el flanco derecho alemán.

Tropas Alemanas preparan un asalto
La batalla comenzó el día 6 de septiembre, cuando los soldados franceses avanzaron entre el primer y segundo ejércitos alemanes, abriendo entre ellos una brecha de unos 40 kilómetros.

Por dicha brecha, atacaron coordinadamente el BEF y el Sexto Ejército francés, quién se arrojó sobre el ala derecha del Segundo Ejército en el eje Nantouil-le-Haudouin a Meaux. El día 7 de septiembre, la batalla se tornó brutal, con las unidades alemanas asaltando las posiciones francesas, y estas contraatacando sin pausa. Más de una vez los alemanes estuvieron muy cerca de romper las defensas francesas; de hecho, sólo la intervención de la población parisina, en concreto de los taxistas de París, que se movilizaron para transportar reservas desde la Guarnición de la ciudad a la línea del frente, en un movimiento sin precedentes, evitó la ruptura definitiva.
Los refuerzos llegados fueron decisivos, no tanto por su número, sólo unos 6.000 soldados, como por el efecto moral que supuso su intervención.
Los Taxis de París - Héroes Populares
La derrota del Sexto Ejército llegó el día 9 de septiembre. Agotado, se retiró tras la línea del Río Marne, buscando algo de seguridad para sostenerse en batalla.

Al acudir en su persecución, von Kluge cometió un error fatal. La brecha entre su Ejército y el Primero creció, hasta una distancia de 50 kms. En ese momento, 9 de septiembre, el General Franchet D’Esperey, nuevo comandante del Quinto Ejército, vapuleado en la retirada desde Charleroi hacia el Aisne, inició el asalto contra el flanco alemán. La fuerza del ataque se fue diluyendo en los días posteriores, pero el Alto Mando alemán consideró los riesgos y ordenó el día 12 de septiembre la retirada del Segundo Ejército y el repliegue del Primero, para juntarse y volver a avanzar conjuntamente.

Llegando al frente
La retirada fue tan lenta como el avance aliado. Cuando los ejércitos alemanes consiguieron juntarse, cinco días más tarde, se habían retirado unos 50 kms. Iniciaron nuevos ataques sobre las fuerzas aliadas en persecución, pero fue ya imposible para ninguno de los bandos el romper las defensas de su rival.

Sometidos ambos bandos a intensos bombardeos artilleros que diezmaban sus filas, se vieron obligados, por primera vez, a cavar trincheras para guarnecerse del mal tiempo y de los bombardeos. No sabían aun que permanecerían en ellas durante cuatro largos años.

Aunque la victoria estratégica de la Primera Batalla del Marne correspondió a los aliados, no consiguieron, ni mucho menos, la victoria decisiva que anhelaban. El Plan Schlieffen había fracasado. El Plan XVII había fracasado. No existían planes de batalla alternativos en los Altos Mandos Militares de Francia, Inglaterra y Alemania. El futuro de la guerra se habría en un interrogante constante. ¿Qué hacer ahora?. ¿Aguantarían las maltrechas economías post victorianas el efecto de una larga guerra?.

Las bajas de la batalla fueron gigantescas. Los franceses, que implicaron en la batalla unos 450.000 hombres, sufrieron cerca de 250.000 bajas, incluyendo 80.000 muertos. La BEF sufrió casi 13.000 bajas, el 10% de su fuerza total. Los alemanes, con dos enormes ejércitos y 600.000 hombres en sus filas, sufrieron bajas similares a las francesas.



Con la Batalla del Marne acaba la guerra de movimientos, la Movilización en el Frente Occidental. A partir de entonces nació el estancamiento, las ofensivas por metros de terreno, las trincheras y las enfermedades. También las ideas geniales para romper el estancamiento, las armas de destrucción masiva, los tanques, … Después del Marne comenzó, realmente, la Primera Guerra Mundial.

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